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Misterios de lo profundo

Misterios de lo profundo

Desde la playa sólo se ve la superficie del mar. Con sus olas y sus espumas, con sus rumores o su bonanza.

En lo profundo, un mundo inmenso, rico, lleno de vida. Peces y corales, cangrejos y medusas, pulpos y moluscos, nacen, viven y mueren en medio de rumores extraños y de luces que bailan con las olas.

Mimados por Dios

El cielo estrellado en una noche limpia de viento seco. El mar enérgico con sus momentos de bonanza cautelosa. El caminar danzante de un petirrojo que busca comida en una fresca mañana de invierno. El abrirse tímido de una flor sobria y alegre.

“Mi amor es mi peso”

“Mi amor es mi peso”

¿Por qué el fuego va hacia arriba y la tierra hacia abajo? Para los antiguos la respuesta era sencilla: porque el fuego tenía una fuerza interior que lo llevaba a subir, mientras que la tierra tendía naturalmente hacia abajo. En otras palabras, porque el fuego “amaba” lo alto y la tierra prefería lo bajo.

Los hombres y las mujeres del planeta, ¿vamos hacia arriba o hacia abajo? Todo depende, decía san Agustín, del amor. En su obra más famosa, las Confesiones, acuñó una frase que se ha hecho famosa: “Mi amor es mi peso”.

Más allá de la tentación

Lo propio de la tentación consiste en “tentar”, atraer, sugestionar, absorber, arrastrar. Especialmente cuando la tentación consigue presentarse como algo “bueno”, como una solución para los problemas personales, o como la conquista de caminos fáciles para la felicidad.

Pero la tentación pierde casi toda su fuerza seductora cuando dentro del alma hay una certeza profunda: Dios se interesa por mí, Dios me busca, Dios me acompaña, Dios me salva, Dios me ama.

Mandamientos: ¿prohibiciones o caminos para crecer en el amor?

Existe un peligro a la hora de pensar en los mandamientos de la Ley de Dios y en los mandamientos de la Iglesia: verlos como una obligación, como una carga, como una ley más o menos pesada.

Cuando pensamos así es fácil que se suscite en uno la pregunta: ¿hasta dónde puedo llegar sin “faltar” a la norma? ¿Hasta qué punto me estaría permitido un acto que llega al límite de la transgresión, pero que todavía estaría dentro de la regla?

Madre de la divina misericordia

Cuando pensamos que Dios necesitó del hombre para ofrecer su Amor salvador. Cuando pensamos que quiso venir al mundo para caminar a nuestro lado. Cuando pensamos que el Cuerpo de Jesús necesitó una Madre que lo acogiese y amase para estar entre nosotros. Cuando pensamos que no hay Redención sin efusión de Sangre, y que no hay Sangre sin Encarnación... Entonces no podemos dejar de mirar a María, y llamarla, con el corazón lleno de esperanza, usando uno de sus títulos más bellos de la piedad mariana: “Madre de la divina misericordia”.

Mi hijo es el mejor del mundo

Mi hijo es el mejor del mundo

Pierre Chaunu, gran historiador y profesor de la Universidad de la Sorbona de París, dijo en cierta ocasión una de esas frases que deben ponerse en la entrada de todas las casas de cada familia; lo decía tras la muerte de uno de sus seis hijos: «Todos los hijos que Dios da son únicos».

Algo así ha entendido Delfi Martignone, alumna de quinto grado del colegio Oakhill de Pilar, (Argentina). Escribió este texto que me parece de una belleza tan clara, como los ojos de un niño: