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Esperanza y sanación para la mujer que ha abortado

Esperanza y sanación para la mujer que ha abortado

Hablo desde mi propia experiencia como sacerdote. En treinta y siete años
de ministerio son muchas las mujeres - y también muchos de sus cómplices -
las que han venido a buscar mi ayuda, a confesarse y a pedirme la
absolución de sus pecados de aborto. Durante casi todo mi ministerio
sacerdotal he tenido la delegación episcopal para absolver de este pecado,
reservado por el Derecho Canónico. Y creo que he observado cuidadosamente
las orientaciones que me da la Iglesia para ejercer el ministerio en este

El Sacramento de la Eucaristía

La Eucaristía es la consagración del pan en el Cuerpo de Cristo y del vino en su Sangre, renueva mística y sacramentalmente el sacrificio de Jesucristo en la Cruz.

Por otra parte, la recepción de Jesucristo sacramentado bajo las especies de pan y vino en la sagrada Comunión significa y verifica el alimento espiritual del alma. Y así, en cuanto que en ella se da la gracia invisible bajo especies visibles, guarda razón de sacramento.

El espíritu y la carne

El espíritu y la carne.

Puedo convertir la vida en un infierno,

un infierno verdadero.

Y puedo convertirla en un cielo de verdad.

Quiero para el futuro elegir lo segundo.

El cuerpo poco ayuda en esos asuntos

porque ya se dijo que la carne es flaca.

Pero el espíritu está pronto,

es capaz de todos lo milagros,

es capaz de amar apasionadamente,

de vibrar de entusiasmo,

de creer y esperar terriblemente,

de entregarse del todo y para siempre.

Era un niño

era un niño que rezaba

Era entonces un niño

que confiaba sin pestañear;

un niño que al rezar lloraba

como el más pobre.

Sabía pedir, lloraba pidiendo,

porque sentía la máxima impotencia en mí,

y la máxima seguridad en Él.

¿Habré crecido demasiado?

¿Es que ya no tengo alma de niño?

Estrenar un dia

ESTRENAR UN DÍA

Cada día lleva en sí

la hermosura y el encanto de lo nuevo.

Cada día es una nueva vida.

Nuevo el despertar, nuevo el amor,

nueva la esperanza.

Yo prefiero estrenar la vida y el amor

cada mañana.

Otros estrenan el odio, la muerte.

Dicen unos: estoy comenzando a morir.

Yo prefiero decir cada mañana:

Estoy empezando a vivir.