Santo Rodrigo
Sacerdote, 13 de marzo
Etimológicamente significa “muy glorioso”. Viene de la lengua alemana.
Corrían los tiempos difíciles para los cristianos en la ciudad de Córdoba.
Hay tres nombres que sintetizan a la perfección los dolores, penas y sufrimientos de todo cuanto tuvieron que soportar los creyentes en Cristo en su confrontación continua con los musulmanes: Eulogio, Rodrigo y Salomón.
Esta ciudad, que ha visto nacer a personajes ilustres en las distintas áreas del saber, como Séneca el pensador, Lucano, Averroes, Luis de Góngora, Pablo de Céspedes... fue conquistada por los árabes en el año 771.
Durante el siglo X conoció todo el inmenso apogeo de su historia y de su cultura. Tenían más de cien mezquitas y un millón de habitantes según algunos autores. Era el emporio de la cultura de Occidente y parte de Oriente.
No siempre fueron los musulmanes tan intransigentes con los cristianos. Hubo momentos en los que convivían muy bien las tres religiones monoteístas. Otros, sin embargo, los árabes prohibían a los cristianos que hiciesen manifestación pública de su fe. Era, en realidad, vivir ocultos durante el tiempo que creyesen conveniente los musulmanes.
De esta situación difícil era normal que surgieran escaramuzas que, en muchas ocasiones,- desgraciadamente – terminaban en persecuciones por parte de los invasores.
De una de estas persecuciones fueron testigos estos tres nombres que he señalado al principio.
Rodrigo era sacerdote y tenía dos hermanos: uno con fe católica y otro era musulmán.
Tenían sus discusiones. Una día Rodrigo tuvo que separarlos porque iban a la gresca. El hermano musulmán le hizo la broma de pasearlo por la ciudad y proclamando ante todos que era cristiano. Se soliviantaron los ánimos, lo persiguieron y le dieron muerte en el año 857.