Voy a las cumbres
Tuve que florecer como cactus
en las arenas y en las dunas
y hacer amistad con las montañas rocosas,
sinárbol ni mata en sus laderas.
Algún que otro pino cobijó a su sombra
mis sueños de peregrino.
Amigo como he sido siempre
de las cumbres,
a las cumbres voy y en las cumbres me quedo,
para ver a Dios, si se puede,
un poco más cerca.