Triste huerfanito
Pobre desvalido,
¿cómo te ha tratado la vida?
Amarga y miserable te la has hecho,
porque quisiste.
Reconoce tu error,
acércate a María.
Pídele perdón,
vuelve a tener una Madre,
triste huerfanito,
que sin Ella poco has podido hacer
en asunto tan serio como salvar tu alma,
y la de otros.
Necesitas de una Madre para no morir,
para poder vivir,
para poder un día tocar a la puerta del paraíso
y que Ella te abra.
¿Quieres ir al cielo un día?
Necesitas de Aquella que aplastó la cabeza de la serpiente,
pues esa serpiente aparecerá muchas veces
en tu camino al cielo.