Santa María de la Cascada.
Este rincón de la naturaleza
me ha mantenido joven y entero.
En ratos perdidos
he subido a las montañas.
He hablado a solas con mi Dios
entre losárboles del bosque.
Me he sentido feliz junto a la cascada,
rezando salmos cerca de la gruta de la Virgen,
paseando por las avenidas empedradas
y los senderos silenciosos
y junto al riachuelo.
Y he sentido los pasos de Dios
por el bosque y por mi alma.