San Juan del Barrio
Hicimos un alto en la ermita,
todos juntos, con el fundador,
para pedir con toda el alma
la gracia maestra de la perseverancia.
Luego entonamos el “Salve Regina”,
y siguieron las voces alegres de todos los presentes.
Toda la bóveda se llenó de nuestras voces y plegarias.
Salieron a la historia los mártires de Cotija,
la historia de Don Rafael Guízar Valencia.
Tomamos refrigerio de tortas y refresco,
fruta y chocolates ricos,
a la sombra de un bosque de eucaliptos.
Luego emprendimos el regreso a pié.
De ambos lados del camino
me miraban los campos verdes,
y sobre la cabeza, las nubes,
deseosas de descargar aguaceros.
A medida que pasaban los minutos
me iba sintiendo más ligero
y con ganas de ser bueno.
Campos verdes de Cotija,
cielo azul y nubes blancas,
¡Qué feliz está mi alma
por haberos vuelto a ver!