POBRE EUROPA
Ya no es la cruz, ni la espada, ni la catedral
el emblema de la vieja Europa .
Hoy lo es a veces el vino, el sexo y la decepción.
Tu juventud ha muerto;
descanse en la paz de los cadáveres.
Vieja Europa,
¿podrá surgir de tu tronco
una rama de esperanza
y una nueva juventud?
Juan Pablo II, profeta de pueblos,
Te hace la pregunta
desde tu grandeza de ayer.