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Paz de Tepeji.

Paz de Tepeji

Se ha puesto el sol en Tepeji

y el fresco vespertino

ha invadido el pequeño valle

donde se encuentra nuestra casa de vacaciones.

A unos metros se desliza

el río manso y silencioso.

Añososárboles sombrean sus orillas

y dan grandiosidad a la escena.

Suenan campanas del atardecer.

Aún es azul el cielo,

con escasos jirones de nubes blanquecinas.

Se filtra el ronroneo de los motores de los autobuses

al otro lado de la colina.

Pero reina la paz,

alrededor mío, y dentro de mí.

¡Oh amable, deseada paz,

nunca te alejes!