Lágrimas inútiles
El agua salada que mana de los ojos
sirve sólo para limpiar el barro de la cara,
pero no para resolver los problemas.
Debes hacerte una terapia
de tus actitudes,
convirtiendo el pesimismo y sus secuaces
en alegría,
entusiasmo y esperanza.
Si tienes ganas de llorar,
sonríe.
Si tienes ganas de gritar,
reflexiona.
Si tienes ganas de odiar,
decídete a amar.