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Dos cosas importantísimas

Sólo
quisiera anotarle dos cosas, importantísimas para el hombre del Reino:
la oración y la acción, ser contemplativo y conquistador. Sólo en la
oración podemos fundamentar nuestro apostolado; en la medida en que
usted ame y escuche a Cristo, lo trasmitirá a los demás; sin Él nada
podemos hacer. Si no refleja en su rostro, en sus acciones, la vivencia
íntima del espíritu evangélico, los hombres no le aceptarán. Además,
considere que la oración no es únicamente un deber, "es una necesidad"