Sabiduría de Dios
Señor, delante de tí, el mundo entero es como un grano
de arena en la balanza, como una gota de rocío mañanero,
que cae sobre la tierra.
Te compadeces de todos, y aunque puedes destruirlo todo,
aparentas no ver pecados en los hombres, para darles
ocasión de arrepentirse.
Porque Tú amas todo cuanto existe y no aborreces nada de
lo que has hecho; pues si hubieras aborrecido alguna cosa,
no la habrías creado.
¿Y como podrían seguir existiendo las demás cosas, si Tú
no las quisieras?. ¿Como habría podido conservarse algo
hasta ahora, si tú no lo hubieras llamado a la existencia?
Tú perdonas a todos, porque todos son tuyos, Señor, que amas
la vida, porque tu Espiritu inmortal, está en todos los seres.
Por eso a los que caen, los vas corrigiendo poco a poco, los
reprendes y les traes a la memoria sus pecados, para que se
arrepientan de sus maldades y crean en Tí, Señor.
En verdad, Señor, que en todo engrandeces a tu pueblo y lo glorificas.
No te descuides de asistirle en todo tiempo y lugar.
Amén.