Reparación
Jesús, oh prisionero de amor,
te amo, me arrepiento de mis pecados
y te adoro en todas las iglesias del mundo,
especialmente en aquellas donde estás
más abandonado, solo y despreciado.
Haz que mi corazón sea una lámpara ardiente,
que brille siempre delante de tu presencia
en cada día, a cada hora, a cada instante
y por toda la eternidad.
Oh prisionero de amor,
tu estás abandonado y solo
y yo quiero hacerte compañía
y estar pronto para darte reparación
de cualquier ofensa, cualquier ultraje
que te hayan hecho.
Al acompañarte como lo estoy haciendo,
quiero también amarte por quien no te ama,
alabarte por quien te desprecia,
bendecirte por quien te blasfema,
pedirte perdón por quien te ofende
arrodillarme ante tu presencia
por quien no se arrodilla y pasa indiferente.
Eterno Padre, te doy gracias
por todos los privilegios que has concedido
a María Santísima
por haberla hecho tu Hija predilecta.
Eterno Hijo, te doy gracias,
por el abismo de favores con que colmaste
a María Santísima,
por haberla hecho tu Madre inmaculada,
Santísima Trinidad, ten piedad de mí.
Ángel de la guarda, custódiame
San José asísteme
San Miguel arcángel, defiéndeme
Arcángel San Rafael Acompáñame.
Así sea.