Por los difuntos
I
A ti, Jesús, vida nuestra, dirigimos nuestras súplicas.
Tú, que resucitaste a Lázaro del sepulcro.
Todos: Escúchanos, Señor.
Tú, que llamaste a la vida al híjo de la viuda de Naín
Todos: Escúchanos, Señor.
Tú, que despertaste del sueño de la muerte a la hija de Jairo.
Todos: Escúchanos, Señor.
Tú, que resucitaste del sepulcro, vencedor de la muerte.
Todos: Escúchanos, Señor.
Tú, que eres la resurrección y la vida.
Todos: Escúchanos, Señor.
II
A ti, Jesús, Señor, que quisiste compartir nuestro dolor, dirigimos nuestras súplicas.
Tú, que te compadeciste de la viuda de Naín, desolada por la muerte de su hijo.
Todos: Ten compasión de nosotros.
Tú, que lloraste ante el sepulcro de Lázaro, muerto de cuatro días.
Todos: Ten compasión de nosotros.
Tú, que, muriendo de tristeza, sudaste sangre en Getsemaní.
Todos: Ten compasión de nosotros.
Tú, que sufriste la agonía de una muerte de cruz.
Todos: Ten compasión de nosotros.
III
Invoquemos con toda confianza a Cristo Jesús. Señor, ten piedad.
Todos: Señor, ten piedad.
Cristo, escucha nuestra oración por tu fiel N.
Todos: Señor, ten piedad.