Padre eterno...
Padre eterno, convierte hacia ti nuestros corazones, para que, viviendo consagrados a tu servicio, te busquemos siempre a ti, que eres lo único necesario, y practiquemos la caridad en todas nuestras acciones. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, quién contigo y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.