- Historia del Mensaje de la Divina Misericordia
El mensaje es un recordatorio de lo que la Iglesia siempre ha enseñado: "que Dios es misericordioso y que él perdona y que nosotros también debemos ser misericordiosos y perdonar".
En la devoción a La Divina Misericordia este mensaje asume un nuevo y poderoso enfoque, ya que nos llama a una comprensión más profunda de que el amor de Dios no tiene límites y que está disponible a todos, especialmente al pecador más grande: "Cuánto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a mi misericordia" (II,151).
Entre los elementos de este nuevo devoción figuran: la imagen de Jesús Misericordioso, varias oraciones confeccionadas por Santa Faustina y los mensajes que Jesús le fue dando durante sus apariciones. Pero los elementos principales son la confianza y las obras de misericordia.
La historia del origen y de la difusión del mensaje de La Divina Misericordia y de su devoción por todo el mundo, resulta en una interesante lectura. Comprende apariciones y revelaciones extraordinarias, respuestas milagrosas a oraciones, un escape dramático de una Polonia devastada por la guerra, una prohibición temporal del culto por la Iglesia y el fuerte apoyo del Papa Juan Pablo II, que muy probablemente será llamado por los historiadores "el Papa de la Misericordia".
Los escritos de Santa Faustina Kowalska, una monja polaca sin instrucción, perteneciente a la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia, en Polonia, constituyen la fuente del mensaje y de la devoción.
Alrededor de 1930, al obedecer a su director espiritual, el Padre Michal Sopocko, Sor Faustina escribió un diario de unas 600 páginas y así documentó las revelaciones que ella recibía sobre la misericordia de Dios.
Aún antes de su muerte en el año 1938, la devoción a La Divina Misericordia, según está revelada en su Diario, se había comenzado a difundir. Durante los trágicos años de la II Guerra Mundial (1939-1945), la práctica de esta devoción aumentó en fuerza debido a que la gente por toda Polonia y Lituania se dirigió a Jesús Misericordioso para recibir consolación y esperanza.
La Congregación de los Marianos
En 1941, el Padre Jósef Jarzebowski, miembro de la Congregación de los Marianos de la Inmaculada Concepción, llevó la devoción a los Estados Unidos desde Polonia. Al principio, el mismo Padre Jarzebowski estaba escéptico acerca de las gracias maravillosas supuestamente recibidas por los que se entregaban a la Divina Misericordia. Pero, en la primavera de 1940, el Padre prometió que si llegaba sano y salvo a casa de los hermanos marianos en los Estados Unidos, pasaría el resto de su vida difundiendo la devoción y el mensaje de La Divina Misericordia.
Un año más tarde, tras un viaje increíble de Polonia a Lituania, y después, a través de Rusia y Siberia a Vladivostok y de ahí al Japón, el Padre llegó al suelo norteamericano. Fiel a su promesa, enseguida empezó a distribuir información sobre el mensaje y la devoción con la ayuda de las Hermanas Felicianas en los estados de Michigan y Connecticut. Poco después, también sus Hermanos se involucraron intensamente en esta promoción. Tras varios años de actividad desde Washington, D.C., en 1944 establecieron el "Apostolado de la Misericordia de Dios" en Eden Hill ("la Colina del Edén") en Stockbridge, Massachusetts. Actualmente, este sitio es la sede del Santuario Nacional de la Divina Misericordia y el Marian Helpers Center ("el Centro de los Auxiliadores Marianos"), que es una moderna casa editorial de la literatura religiosa y centro internacional de la devoción a La Divina Misericordia. Ya en el año 1953, unos 25 millones de ejemplares de la literatura sobre La Divina Misericordia habían sido distribuidos por todo el mundo.
Prohibido por la Iglesia
Durante los años 1958 y 1959, la profecía de Sor Faustina sobre la aparente destrucción del trabajo de divulgación de La Divina Misericordia (I,160) empezó a cumplirse. La Santa Sede que había recibido traducciones erróneas y confusas de selecciones del Diario, que no se podían verificar debido a las condiciones políticas existentes, prohibió la difusión de la devoción de La Divina Misericordia en las formas presentadas en los escritos de Sor Faustina.
Durante el tiempo de la prohibición, los marianos siguieron difundiendo la devoción a la misericordia de Dios, pero en obediencia a Roma, basaron el mensaje y la devoción de La Divina Misericordia en las Sagradas Escrituras, la Liturgia, las enseñanzas de la Iglesia y las revelaciones de nuestra Señora en Fátima.
La revocación de la prohibición
Veinte años mas tarde, en 1978, se revocó por completo la prohibición, gracias a la intervención del entonces Arzobispo de Cracovia, el Cardenal KAROL WOJTYLA (el actual Papa Juan Pablo II).
Gracias a sus esfuerzos, en 1965 se comenzó un proceso informativo sobre la vida y las virtudes de Sor Faustina. El resultado exitoso de este proceso impulsó la apertura de la Causa de Beatificación de Sor Faustina en el año 1968.
En una nueva "Notificación" del 15 de abril de 1978, la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, cambió su decisión original, revocándola. Después de revisar muchos documentos originales que no estaba disponibles en 1959, esta Congregación declaró que la prohibición del año 1959 ya no era válida.
Seis meses después, el Cardenal Wojtyla fue elegido Papa Juan Pablo II.
Animada por la preocupación de carácter pastoral de Su Excelencia Joseph F. Maguire, Obispo de Springfield, Massachusetts, la Congregación de los marianos pidió una explicación oficial de la "Notificación" del año 1978. Al obispo le interesaban los esfuerzos renovados para difundir el Mensaje y la Devoción de la Divina Misericordia. El 12 de julio de 1979, recibieron una respuesta del Prefecto de la Sagrada Congregación, ningún impedimento a la difusión de la Devoción a La Divina Misericordia en las formas propuestas por Sor Faustina. La respuesta de parte de sacerdotes, obispos y laicos de todo el mundo ha sido abrumadora y la devoción ha crecido más rápidamente de los que nadie esperaba.
El Papa Juan Pablo II
Una de las razones que explica este éxito es, sin duda, el apoyo constante del Santo Padre. En 1981, él publicó la encíclica "Dives in misericordia" (Rico en Misericordia), en que habla de Cristo como la "encarnación de la misericordia... la fuente inagotable de misericordia" (8). Llama la atención que "el programa mesiánico de Cristo, el programa de la misericordia" debe convertirse en "el programa de su pueblo, el programa de la Iglesia" (8).
A lo largo de toda la encíclica, el Santo Padre subraya que la Iglesia, especialmente en nuestros tiempos modernos, tiene "el derecho y el deber" de "profesar y proclamar la misericordia de Dios", de "introducirla y encamarla" en las vidas de todos y de "invocar la misericordia de Dios", implorándola para el mundo entero.
Un año después de publicar "Rico en Misericordia", el Papa visitó el Santuario del Amor Misericordioso en Collevalenza, Italia, durante su primer peregrinaje fuera de Roma después del atentado contra su vida. Allí el Papa reafirmó la importancia del mensaje de la misericordia y explicó que, desde el principio de su ministerio en Roma, ha considerado este mensaje como su "tarea especial" que le fue asignada por Dios "ante la situación actual del hombre, de la Iglesia y del mundo".
En su audiencia general del 10 de abril de 1991, el Santo Padre habló de Sor Faustina mostrando el gran respeto que le tiene. Además la relacionó con su encíclica y enfatizó el papel de ella en llevarle al mundo el mensaje de la misericordia. "Las palabras de la encíclica sobre La Divina Misericordia (Dives in misericordia) están particularmente cerca de nosotros. Ellas recuerdan la figura de la Sierva de Dios, Sor Faustina Kowalska. Esta sencilla mujer religiosa acercó a Polonia y al mundo entero el mensaje Pascual del Cristo Misericordioso".
La Beatificación
El 7 de marzo de 1992, ante la presencia del Santo Padre, la Congregación de la Causa de los Santos promulgó el Decreto de Virtudes Heroicas, por medio del cual la Iglesia reconoce que Sor Faustina practicó todas las virtudes cristianas de manera heroica. A consecuencia de ésto recibió el título de "Venerable" Sierva de Dios y se abrió el camino para verificar el milagro atribuido por su intercesión.
Durante ese mismo año, la curación de Maureen Diga junto al sepulcro de Sor Faustina fue reconocida como milagrosa por tres grupos distintos nombrados por la Sagrada Congregación: primero, un grupo de médicos, después uno de teólogos y finalmente uno de cardenales y obispos.
El 21 de diciembre de 1992, el Santo Padre publicó la aceptación del milagro por la Iglesia, la cual afirmó que dicho milagro había sido conseguido por la intercesión de Sor Faustina. Además, el Papa anunció que la beatificación solemne de esta monja polaca tendría lugar en Roma, el 18 de abril de 1993, el segundo domingo de Pascua (día que nuestro Señor le había revelado a Sor Faustina como "Fiesta de la Misericordia").
La Canonización
El 30 de abril del 2000, en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre Juan Pablo II elevó a los altares a Santa Faustina, frente miles de fieles que peregrinaron de todo el mundo.
Que los más grandes pecadores pongan su confianza en Mi misericordia. Ellos más que nadie tienen derecho a confiar en el abismo de Mi misericordia. Hija Mía, escribe sobre Mi misericordia para las almas afligidas. Me deleitan las almas que recurren a Mi misericordia. A estas almas les concedo gracias por encima de lo que piden. No puedo castigar aún al pecador más grande si él suplica Mi compasión, sino que lo justifico en Mi insondable e impenetrable misericordia. Escribe: Antes de venir como juez justo abro de par en par la puerta de Mi misericordia. Quien no quiere pasar por la puerta de Mi misericordia, tiene que pasar por la puerta de Mi justicia... (1146)