Pasar al contenido principal

Del mensaje del Papa para la Jornada Mundial de oración por las vocaciones de 1995

Oración por las vocaciones

¡Oh Virgen de Nazaret!, el sí que pronunciaste en tu juventud marcó tu existencia y llegó a ser grande como tu misma vida.

¡Oh, Madre de Jesús!, en tu sí libre y gozoso y en tu fe activa, muchas generaciones y muchos educadores han encontrado inspiración y fuerza para acoger la palabra de Dios y para cumplir su voluntad.

¡Oh, Maestra de vida!, enseña a los jóvenes a pronunciar el sí que da significado a la existencia y hace descubrir el nombre escondido por Dios en el corazón de cada persona.

¡Oh, Reina de los Apóstoles!, danos educadores prudentes, que sepan amar a los jóvenes y ayudarles a crecer, guiándoles al encuentro con la Verdad que los hace libres y felices. ¡Amén!

Con estos votos imparto de corazón la bendición apostólica a vosotros, venerables hermanos en el episcopado, a los sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas y a todos los fieles laicos, en especial a los jóvenes y a las jóvenes que con corazón dócil se ponen a la escucha de la voz de Dios, prontos a acogerla con adhesión generosa y fiel.

Amén.