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Danos Señor...

Danos Señor...

 

Danos Señor un corazón de carne, para que como Tú, nos conmovamos ante el dolor del prójimo más próximo.

Recrea en nosotros entrañas de misericordia, para que inflamados en tu amor seamos testigos y testimonio con nuestras obras, de tu presencia en el mundo.
Señor, resucítanos hoy, y regálanos como al hijo de la viuda, la oportunidad de transmitir con nuestros ejemplos las maravillas que Tú obras.

Te lo pedimos por la intercesión de María santísima, a Tí que Vives y Reinas, por los siglos de los siglos.

Amén