Pasar al contenido principal

Castidad

Juventud y Pureza

Ante el mundo anglosajón el joven latinoamericano con frecuencia se pregunta: ¿Por qué no tener relaciones sexuales siendo solteros? ¿Por qué ellos lo ven tan natural? Y es verdad, lo ven como “natural”, pero en el fondo —si sabemos observar lo captaremos— no son más felices. Hay mucha confusión. La moda no es ni puede ser la suprema regla de conducta. El mal está extendido y es profundo; y es tanto mayor, cuanto con más frecuencia casi no se cree en él. Esos jóvenes creen poder ver todo, probar todo, leer todo, gustar todo, hasta que viene el doloroso desengaño.

Bondad del acto conyugal

La castidad conyugal es una virtud. Esto significa que es una disposición estable del sujeto para actuar bien, una actitud del corazón ante un comportamiento exterior que procede de una rectitud interior expresada en el acto de unión sexual entre un hombre y una mujer unidos por el sacramento del matrimonio. Dicho de manera simple, el acto conyugal debe ser ante todo una expresión del amor a Dios, una búsqueda de El y de su gloria por sobre todo.

Sí al amor; no a los amoríos

Sí al amor; no a los amoríos

Miguel de Cervantes decía:

“es de vidrio la mujer,

pero no se ha de probar

si se puede o no quebrar,

      porque todo podría ser”

—Fulanita, dame una prueba de amor-, dijo un joven.

— Si te casas conmigo no te doy una prueba, sino muchas. Si me amas, sabrás esperar a que estemos preparados para casarnos.

— Es que quiero saber si nos acoplamos, responde el joven.

Perdí mi virginidad

"Perdí mi virginidad"

 

Mi historia es dolorosa de compartir, pero quiero que conozcas lo que me ocurrió para que no vayas a ser lastimada como yo. Tenía 23 años y siempre había planeado ser virgen al casarme. Soñaba con andar por la nave de la Iglesia con un vestido blanco, signo de mi pureza y del regalo que daría a mi esposo. Esto era muy importante para mí y me ayudó a permanecer fuerte por mucho tiempo. Ojalá que hubiera perseverado, pero no fue así.

 

Se lo dije a mis padres...

 

La gran mentira

La gran mentira de nuestro tiempo es que los condones y la “educación sexual” son la respuesta al problema del embarazo adolescente y el modo de evitar las enfermedades de transmisión sexual. Por el contrario, la “educación sexual” que se pretende impartir es parte del problema, y no parte de la solución.

¿Existe el “derecho” al placer?

Los libros de Educación Sexual ¿Existe el “derecho” al placer?

  Se habla mucho de los “derechos del niño y del adolescente,” y se le dice a la adolescente que tiene derecho al placer. ¿Qué pasa cuando el ser humano se deja llevar nada más por lo placentero? Hay una ruptura total de su continuidad; no hay una personalidad fija. No se puede uno fiar de quien sólo busca el placer como único valor pues esa persona será voluble, dependerá de las circunstancias.