Hablemos del Amor
La vida tiene muchos aspectos pero nuestra época se ha centrado en uno de ellos: la afectividad. El tema de las relaciones sexuales es uno de los más discutidos y de los menos entendidos.
La vida tiene muchos aspectos pero nuestra época se ha centrado en uno de ellos: la afectividad. El tema de las relaciones sexuales es uno de los más discutidos y de los menos entendidos.
O gran San Gerardo, amado sirviente de Jesucristo, perfecto imitador de tu Manso y Humilde Salvador, y devoto Hijo de la Madre de Dios: enciende en mi corazón una chispa de ese fuego celestial de caridad que brilló en tu corazón y te hizo un ángel de amor.
Señor, te pido por las vocaciones
de mis hijos, que sea cual sea
la que hayas determinado
para cada uno de ellos,
obtengan la gracia de descubrirla
y aceptarla conforme a tu voluntad,
y se entreguen dócil y generosamente a él,
cumpliendo fielmente los deberes
que la misma les imponga.
Señor, Dios nuestro,
tu nos has elegido
paras ser tus hijos
y tus predilectos.
Revístenos de sentimientos
de misericordia
de bondad, de humildad,
de dulzura, de paciencia.
Señor, Padre nuestro, tú sabes con cuánta alegría hemos sabido que una nueva vida ha surgido entre nosotros. Te damos gracias por este don maravilloso con el que nos has hecho partícipes de tu divina paternidad. Tú sabes la trepidación que se vive en la espera. Te lo pedimos, Señor: vigila y protege esta pequeña y delicada vida, este cuerpo y esta alma llenos aún de misterio, para que llegue sana a la luz del mundo y a la nueva vida del Bautismo.
Oh Señor, Padre nuestro,
te damos gracias por el don maravillosa
con el cual nos haces partícipes
de tu divina paternidad.
En este tiempo de espera, te pedimos:
protege este hijo nuestro,
lleno aún de misterio,
para que nazca sano a la luz del mundo
y al nuevo nacimiento del bautismo.
Madre de Dios, a tu corazón maternal confiamos nuestro hijo. Amén.
Oh Dios, Señor del universo,
que al principio creaste
al hombre y a la mujer
e instituiste el vínculo conyugal;
bendice y confirma nuestro amor,
para que expresemos siempre
en nuestra vida el sacramento
que celebramos en la fe.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén
Ave María, tan pura, tan bella, madre de Dios y madre nuestra.
Tenemos la osadía de darte el título de madre nuestra
a pesar de nuestra pequeñez y de ser a veces tan mezquinos.
Nosotros, los hombres, cuando nos domina el egoísmo,
cuando dejamos todos los pesos del hogar en los brazos de la esposa;
cuando llega la noche, olvidando que alguien nos espera,
sólo pensamos poner la cabeza en el diario, o escuchar el noticiero deportivo;
Señor:
Haz de nuestro hogar
un sitio de tu amor.
Que no haya injuria
porque Tú nos das comprensión.
Que no haya amargura
porque Tú nos bendices.
Que no haya egoísmo
porque Tú nos alientas.
Que no haya rencor
porque Tú nos das el perdón.
Que no haya abandono
porque Tú estás con nosotros.
Que sepamos marchar hacia Ti
en nuestro diario vivir.