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Oraciones de petición

Espiritu, Fuego y Lengua

Espiritu, Fuego y Lengua

 

 

Ven, Espíritu ardiente de Dios.
Ven, Fuego incandescente del desierto.
Ven, Lengua Ardiente que penetra los corazones.

Renueva hoy el acontecimiento de Pentecostés:
¡llénanos de fuego divino!
Acrisola la materia de que estamos hechas(os),
y entra hasta el fondo del alma. Abrásala en tu amor.

Escúchanos

Escúchanos

 

 

Escúchanos, Espíritu Santo,
tú que eres nuestro amigo.
Tú que estás siempre cerca de nosotros,
llena nuestros corazones de tu amor.

Te damos gracias, Oh Padre, porque,
cuando Jesús volvió contigo
Nos enviaste al espíritu Santo
para que ocupara su puesto..

Aunque no podemos verle,
sabemos que está actuando en el mundo,
en todo lo que es bueno y santo,
y en nuestras vidas para que cumplamos
tu voluntad.

Hagamos oración

Hagamos oración

Padre Nuestro, danos una señal para que comprendamos

valioso que somos para Tí. Ven a nuestra vida con tu

palabra creadora y haz de cada uno de nosotros un templo

de oración y adoración.

Señor, Padre, escucha nuestros ruegos porque...

¿ Quién nos va a dar seguridad, si Tú no nos tomas de la

mano; como un papá lo hace con su Hijo pequeño?

Haz que seamos sencillos y humildes, para que recibamos

tu Reino como pan de cada día. Que como San Francisco de

Enséñame Señor Dios

        Enséñame Señor Dios...

        Enséñame Señor Dios
        a no saber, vivir sin tí,
        ni en salud o enfermedad
        ni en trabajo o descanso,
        ni en amor o soledad,
        ni en tristeza o alegría,
        ni al despertar o dormir..

Dios misericordioso 2

Dios misericordioso

Dios misericordioso, fuente y origen de nuestra salvación, haz que, mientras dure nuestra vida aquí en la tierra, te alabemos constantemente y podamos así participar un día en la alabanza eterna del cielo.  Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, quién contigo y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

Dios, fortaleza del que sufre

        Dios, fortaleza del que sufre

        Señor, ayúdame a ser un cristiano tan consciente,
        que me dé cuenta de mis propias limitaciones;
        tan valiente, que no me hunda
        ante las inevitables dificultades de la vida;
        y tan humilde que llegue a descubrir que sin Ti