Pasar al contenido principal

Oraciones de Ofrecimiento

Soy Yo quien te ha eleguido

Soy Yo quien te ha eleguido.

 

¡Si comprendieras el don de tu vocación...!
Yo te he elegido de en medio de mi pueblo
para proclamar, a tiempo y a destiempo,
una Palabra que te supera y que no te pertenece;
jamás creas que posees la Verdad:
limítate a intentar humildemente
dar testimonio de ella lo menos mal posible.

Oración franciscana en Navidad

Oración franciscana en Navidad.

 

Gritad de gozo a Dios, nuestra ayuda (Sal 80,2);
aclamad al Señor Dios vivo y verdadero con gritos de júbilo (cf. Sal
46,2).

Porque el Señor es excelso,
terrible, Rey grande sobre toda la tierra (Sal 46,3).

Porque el santísimo Padre del cielo, Rey nuestro antes de los siglos
(Sal 73,12),
envió a su amado Hijo de lo alto,
y nació de la bienaventurada Virgen santa María.

Señor, Padre Santo 1

Señor, Padre santo
 

Señor, Padre santo, que nos has mandado escuchar a tu amado Hijo, aliméntanos con el gozo interior de tu palabra, para que, purificados por ella, podamos contemplar tu gloria con mirada limpia en la perfección de tus obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, quién contigo vive y reina en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

 

Amén.

Santa Maria Madre del Redentor

Santa Maria Madre del Redentor

 

Madre del Redentor, Virgen fecunda,
puerta del cielo siempre abierta,
estrella del mar,
ven a librar al pueblo, que tropieza
y quiere levantarse.
Ante la admiración del cielo y tierra
engendraste a tu santo creador,
y permaneces siempre virgen.
Recibe el saludo del ángel Gabriel
y ten piedad de nosotros, pecadores.

Oración a la Virgen del Adviento

Oración a la Virgen del Adviento

 

María, Virgen del Adviento,
esperanza nuestra,
de Jesús la aurora,
del cielo la puerta.
Madre de los hombres,
de la mar estrella,
llévanos a Cristo,
danos sus promesas.
Eres, Virgen Madre,
la de gracia llena,
del Señor la esclava,
del mundo la reina.
Alza nuestros ojos
hacia tu belleza,
guía nuestros pasos
a la vida eterna.
Amén.

Madre, Señora de la Vida

Madre, Señora de la Vida

Madre, gracias por ser Estrella, ser Luz, y Guía, en la noche del pesebre, en la noche del silencio y de la oscuridad.
Señora de la Misericordia ayúdame a peregrinar hacia la Cruz, protege mis pasos y serena mi esperanza.
Madre de los que nada tienen, cuídame en la soledad, ensancha mi pecho esquivo y ruega al Espíritu Santo me haga perseverante con su gracia.
Señora del Amor, ternura de los pobres, que minado en la soledad se fortalezca mi espíritu con el milagro de la fe.