Oración al niño Jesús
Oración al niño Jesús
Jesusito de mi vida,
eres niño como yo,
por eso te quiero tanto
y te doy mi corazón.
¡Tómalo! ¡Tómalo!
Tuyo es, y mío no.
Jesusito de mi vida,
eres niño como yo,
por eso te quiero tanto
y te doy mi corazón.
¡Tómalo! ¡Tómalo!
Tuyo es, y mío no.
Procuraré Señor, en mis momentos de angustia y amargura, recordar tu
nombre y alabarlo por ponerme a prueba.
Procuraré Señor, a la hora de pedirte, tener más fe que el día
anterior.
Procuraré Señor, al encontrarme en crisis, pedirte de la mejor forma
la luz para encontrar la solución.
Procuraré Señor, recordar que en el desaliento, tu eres el consuelo y
el impulso para seguir viviendo en medio de injusticias y sinsabores.
Te rezo, Señor, con la constancia del mar
contra la roca,
cuando tu corazón como ajeno calla.
Te rezo, Señor, con la constancia amorosa
de la ola que acaricia la orilla,
cuando tu corazón como regazo
me recoge, mansísimo.
Quiero, como el mar, guardar el límite exacto
que me trace tu voluntad en cada costa.
Quiero ser plácida y tempestuosa cuando Tú quieras.
Ser profunda como un grano de sal incorruptible
en cada día de mi vida.
Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer. Vos me lo disteis; a Vos, Señor, lo torno; todo es vuestro, disponed a toda vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y gracia, que esto me basta.
Señor, rocíame con la lluvia y estaré purificado;
límpiame y mi alma tendrá la blancura de la nieve.
En tu grandeza y misericordia, Señor, acuérdate de mi.
Concédeme tu ayuda y oye mi plegaria.
Que mi voz se eleve hacia a ti.
Escúchala y envíanos desde lo alto de los cielos
a tu Santo Ángel con el fin que cuide,
favorezca, proteja y defienda
a todos los habitantes de esta casa.
Yo te lo pido, Señor.
¡Así sea!
Al concluir, Señor un día más,
me confío a Tí por entero:
mis progresos y mis fallos,
mis sentimientos y mis dudas,
mis afectos y mi desconsuelo.
Dame paciencia, Señor, a pesar
de las preocupaciones que me asaltan,
dame valor para cambiar en mi vida
lo que debo cambiar;
dame serenidad para aceptar
lo que no puedo cambiar.
Te doy gracias, Señor,
por cuanto hacen los demás para ayudarme.
Dios mío, a ti vengo al final de otro día,
para ofrecerte el amor de mi corazón.
Creo en Ti porque eres la Verdad misma;
espero en Ti porque eres fiel a tus promesas;
te amo de todo corazón y por Ti amo a mi prójimo como a mi mismo.
Me formaste de la nada; entregaste a Tu Hijo amado a morir en la Cruz para obtener mi salvación;
me hiciste miembro de tu Santa iglesia;
Concédenos, Señor, ser perseverantes en el fiel cumplimiento de tu voluntad, para que en nuestros días crezca tu pueblo no solo en número, sino también en santidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, quién contigo vive y reina en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
Amén.
Señor Jesús,
Yo quisiera ser como Marta
y aún más como María,
cautivado por tu figura,
por tu presencia,
por tu entrega,
por tu palabra,
por tu interés siempre nuevo por Ti,
como serías Tú buscándome a mí,
siendo el huésped al que se recibe, se escucha,
se sirve y se comprende.
Conocerte, Jesús, para seguirte.
Es el principio del amor,
la fascinación por tu presencia,
por tu Persona,