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Oraciones de alabanza

Oración por un familiar o amigo difuntos

Oración por un familiar o amigo difuntos

Autor de la vida y Señor de los difuntos, acuérdate de tu siervo(a) N…, que ha comido tu Cuerpo y bebido tu Sangre y ha ido al descanso confiado en ti.

Cuando vengas con majestad, acompañado de tus ángeles, resucítalo(a) de su sepulcro y sácalo(a) del polvo, revístelo(a) con traje de honor y colócalo(a) a tu derecha, para que contigo entre en la morada del cielo y alabe tu bondad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

Oración por todos los difuntos

Oración por todos los difuntos

Dios todopoderoso, por la muerte de Jesucristo, tu Hijo, destruiste nuestra muerte; por su reposo en el sepulcro santificaste las sepulturas y por su gloriosa resurrección nos restituiste la vida a la inmortalidad. Escucha nuestra oración por aquellos que muertos en Cristo y consepultados en él, anhelan la feliz esperanza de la resurrección.

Concede, Señor de vivos y muertos, a cuantos en la tierra te conocieron por la fe, alabarte sin fin en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén

 

Oración por los enfermos, a la Virgen María como Desatadora de Nudos

Oración por los enfermos, a la Virgen María como Desatadora de Nudos
 

 
Un Padrenuestro
tres Avemaría
un Gloria 

POR LA SALUD: MARÍA DESÁTAME 

Virgen María, mira aquí,
son tantos nudos en mi,
ayúdame Santa Mujer,
solo..., no los puedo deshacer. 

Todo mi cuerpo padece,
esta cruel enfermedad,
el dolor que me domina,

mi alma no soportara. 

Yo no estoy, ya preparado

para este triste final,

Oración por los enfermos 5

Oración por los enfermos

Señor Jesús, creemos que estás vivo y resucitado.

Creemos que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar y en cada uno de nosotros. Te alabamos y te adoramos. Te damos gracias, Señor, por venir hasta nosotros como pan vivo bajado del cielo. Tú eres la plenitud de la vida. Tú eres la resurrección y la vida. Tú eres, Señor, la salud de los enfermos.

La Asunción de la Virgen María

La Asunción de la Virgen María

Alégrate y gózate Hija de Jerusalén
mira a tu Rey que viene a ti, humilde,
a darte tu parte en su victoria.

Eres la primera de los redimidos
porque fuiste la adelantada de la fe.

Hoy, tu Hijo, te viene a buscar, Virgen y Madre:
“Ven amada mía”,
te pondré sobre mi trono, prendado está el Rey de tu belleza.
Te quiero junto a mí para consumar mi obra salvadora,
ya tienes preparada tu “casa” donde voy a celebrar
las Bodas del Cordero:

Virgen fuerte en el dolor

Virgen fuerte en el dolor

 

Santa María, Madre de Dios.
Tú has permanecido con firmeza de pie
junto a la Cruz para participar, con
todo tu maternal cariño, en los tormentos
y suplicios de tu Hijo.

Has querido probar en tu corazón todos
los dolores que atormentaban su cuerpo
y su alma, para que su sacrificio llegase
a ser también totalmente tuyo, por esto
tú serás siempre para nosotros el modelo
de firmeza en las pruebas, ofrecidas en
unión al sufrimiento redentor de tu Hijo
Jesucristo.