Sacerdocio
SACERDOCIO
Catequesis de Juan Pablo II
(EL SACERDOCIO: EL PRESBITERADO Y LOS PRESBÍTEROS)
INDICE
Catequesis de Juan Pablo II
(EL SACERDOCIO: EL PRESBITERADO Y LOS PRESBÍTEROS)
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Venerables Hermanos en el Episcopado:
1. La ordenación sacerdotal, mediante la cual se transmite la función confiada por Cristo a sus Apóstoles, de enseñar, santificar y regir a los fieles, desde el principio ha sido reservada siempre en la Iglesia Católica exclusivamente a los hombres. Esta tradición se ha mantenido también fielmente en las Iglesias Orientales.
Lobos con piel de oveja
Durante el sínodo de los obispos dedicado al tema de la Eucaristía (octubre de 2005) se discutió en numerosas ocasiones sobre el problema de la falta de sacerdotes.
En muchos lugares del mundo no hay sacerdotes o los sacerdotes deben atender simultáneamente varias comunidades. Por este motivo, hay poblados en los que durante semanas, meses, o incluso años, no se celebra la Eucaristía. Es decir, no se vive plenamente el domingo, pues “sin Eucaristía no podemos vivir”.
Cuando el amor está obrando
lo que tiene obligación;
si flaquea, si se cansa,
si desmaya...no es amor.
Cuando el amor está orando
con amorosa atención,
si decae, si se entibia,
si se inquieta...no es amor.
Cuando en sequedad padece
tormenta de una opresión,
si no sufre, si no es firme,
si se queja...no es amor.
Cuando el Amante se ausenta
y le deja en la aflicción,
si se acobarda y se turba,
si se abate...no es amor.
Elegir el sacerdocio es creer en el amor de predilección que Dios nos ha tenido; es creer también en que yo puedo amar a Dios, a la Iglesia, a los hombres con corazón indiviso, íntegro, total, apasionado. Y creer, finalmente, que puedo ofrecer mi vida en la Legión y desgastarla en la salvación de los hombres.
C.L. 1 Juan 4, 16 "Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él". O también les puede servir la parábola del buen samaritano (Lc 10, 29-35) viendo en ese samaritano a Cristo.
Sacerdote, ¿Para qué?
Dice la sana filosofía que el fin determina la acción del sujeto y de la persona, le hace moverse. Si cada cosa no tuviera un fin concreto, ¿para qué serviría? El reloj sólo tiene sentido si sirve para dar la hora.
Y el sacerdote, ¿para qué sirve? ¿para qué ser sacerdote?
C.L. Hebreos 5,1-4; Lucas 12,49ss
Petición: Señor, graba a fuego en mi alma esta gran verdad: me hará sacerdote para ser santo y santificar a los demás con mi oración, mi palabra convencida, mi apostolado, mi testimonio, mi sacrificio.
No es fácil vivir el sacerdocio en la cárcel o en un campo de concentración. Dios permitió que ese fuese el modo de llevar el amor de Dios a los hombres del P. Anton Luli durante más de 40 años “de ministerio”.
Reflexiones de un Misionero Ante una Mujer Moribunda