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Retos de hoy

La alegría de los hijos de Dios, Enero 2003: 101 años del nacimiento de Josemaría Escrivá

Una figura relevante en el tema de la filiación divina es San Josemaría Escrivá de Balaguer, Fundador del Opus Dei.
El espíritu de santidad que San Josemaría extendió por todos los caminos de la tierra se asienta en la alegría y en la certeza de que somos hijos de Dios en Cristo Jesús, y estamos llamados a colaborar en el establecimiento de su Reino para gloria del Padre celestial. Para ello hay que luchar por ser santos en la vida ordinaria: en la oficina, en la calle, en la casa, en la vida social, en las fiestas y en donde nos encontremos.

La aventura de la vida ordinaria

Despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien importa más que el hacerlas. Dicho popular 
Desde la fundación del Opus Dei, en 1928, San Josemaría Escrivá de Balaguer nos ha venido a recordar que el trabajo humano no es consecuencia del pecado original sino parte del plan de Dios para todo ser humano. El trabajo de cada día puede resultar novedoso si sabemos meter vida de fe y oración, y el trabajo más valioso será el que se haga con más amor de Dios. Decía el poeta que, en este mundo, todo será de acuerdo al cristal con que se mira.

Filiación divina, segunda parte

Dios nos conoce hasta el fondo. Ninguno de nuestros esfuerzos se le escapa. El nos sostiene. Es siempre como un padre que enseña a sus hijos a dar sus primeros pasos. Dios es el único que da realmente la alegría. Nos imaginamos que a veces Dios nos aplasta con una mole de sacrificios, cuando son precisamente ellos los que nos alivian. Dios es sensible a nuestras delicadezas, dice Gabriela Bossis. Nada se pierde de los cuidados que damos a nuestra alma y a las almas de los demás. Nosotros no lo vemos pero en el Cielo sí nos ven.

Amar es saber decir no

AMAR,  ES SABER DECIR NO

Octavio Paz  dice que “la castidad cumple la misma función en Oriente que en Occidente: es una prueba, un ejercicio que nos fortifica espiritualmente y nos permite dar el gran salto de la naturaleza humana a la sobrenatural”[1][1].

 

Con el alma clara, limpia, se entiende más la grandeza del amor. A veces los jóvenes dicen que no se pueden controlar. Hay que decirles: “Si lo (la) quieres, no se hagan daño mutuamente”.

 

—Fulanita, dame una prueba de amor-, dijo un joven.

Los celos me matan

Los celos me matan

Muy buenas tardes Rebeca, le escribo ya que llevo horas buscando información sobre los celos en internet y este artículo suyo: "Los celos revelan una inseguridad interior",  me ha logrado llegar y explica muy bien lo que siento, pues creo que estoy muy consciente de mi problema, que soy muy celosa y que desearía no serlo o al menos mejorarlo, por favor recomiéndeme un libro o  déme un consejo, me siento muy mal y no quiero sentirme mas así. Gracias. Amparo a

Sí al amor; no a los amoríos

Sí al amor; no a los amoríos

Miguel de Cervantes decía:

“es de vidrio la mujer,

pero no se ha de probar

si se puede o no quebrar,

      porque todo podría ser”

—Fulanita, dame una prueba de amor-, dijo un joven.

— Si te casas conmigo no te doy una prueba, sino muchas. Si me amas, sabrás esperar a que estemos preparados para casarnos.

— Es que quiero saber si nos acoplamos, responde el joven.

No te autodestruyas

Una encuesta llevada a cabo en Estados Unidos mostró que el índice de jóvenes que tuvieron relaciones sexuales prematrimoniales fue mayor entre los que habían recibido “educación sexual”. Otra consecuencia de esos programas de educación sexual es que el índice de abortos provocados se ha duplicado entre adolescentes desde 1972, año en que comenzó el movimiento de educación sexual en escuelas oficiales.

 

Y los hijos, ¿qué?

Y los hijos, ¿qué?

Por diversas razones, en estas últimas semanas he estado presente en conversaciones sobre la Familia, así, con mayúscula. Un concepto que se ha manejado de muy diferentes maneras y que se ha vuelto el foco de discusión en varios foros. Por ejemplo, un tema de las pasadas elecciones de los Estados Unidos, fue el respeto a la institución familiar, a los valores de la familia tradicional. En varios estados se votó la aprobación o el rechazo del matrimonio homosexual (por cierto, en todos los casos se rechazó el concepto).

¿Vale la pena casarse?

Bastantes jóvenes aseguran hoy que no ven razón alguna para contraer matrimonio. Se quieren, y en ello encuentran una justificación sobrada para vivir juntos. Estimo que están equivocados, pero los comprendo perfectamente.

Y es que las leyes y los usos sociales han arrebatado al matrimonio todo su sentido:

a) la admisión del divorcio elimina la seguridad de que se luchará por mantener el vínculo;