Procter & Gamble
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Hace unos días han estado circulando dos mensajes que han alarmado o al menos inquietado a la comunidad cibernética, por lo cual a continuación les expongo algunos datos que seguramente les harán recobrar la paz.
Hace unos días han estado circulando dos mensajes que han alarmado o al menos inquietado a la comunidad cibernética, por lo cual a continuación les expongo algunos datos que seguramente les harán recobrar la paz.
Veamos el misterio de María en su relación con la Santísima Trinidad. Quiero presentarles en unas pocas líneas una de las devociones más queridas y más valiosas hacia nuestra santísima madre.
¿Es la nuestra una sociedad que valore a la familia? Creo que no es una pregunta que tenga respuesta fácil. Si vemos lo que transmiten los medios y que genera grandes audiencias, habría que decir que no. Los medios se han concentrado en presentar, con singular alegría, familias disfuncionales, como si ese fuera el caso más normal; sea en telenovelas, películas, programas de entrevistas, entre otros tipos de programa. Y la sociedad premia a esos medios del único modo que estos entienden y aprecian: recibiéndolos en nuestros hogares.
Una de las cosas que preocupan seriamente a la Iglesia es el hecho de que hoy muchos jóvenes (y no jóvenes) consideren como cosa normal, incluso como una auténtica muestra de amor entre amigos y novios, el tener relaciones íntimas antes del matrimonio.
-Oiga Padre: ¿Desde qué edad se puede tener novio?
-Pues; desde los 8 años.
-¿Y es pecado darse un beso?
-Mira. Te voy a contestar con una fórmula de Teología Moral que te dejará muy claro si es pecado o no: “Pos, a según”. ¿Verdad que te quedó claro?
Estimados amigos, como muchos de ustedes ya estoy harto de politiquería, pendencias, códigos, noticias sobre los divorcios de los artistas, atentados y todo por el estilo. Esta semana quiero ocupar mis líneas para aligerar un poco nuestro paso por este valle de lágrimas, pues es bueno descansar con otro tipo de asuntos; para ello copio una carta que envió a su casa un estudiante foráneo a su familia. Aclaro que el autor se llama Anónimo.
La cara deformada por granos y espinillas. Una nariz que no acaba de acomodarse al contorno de la cara. Una pelusilla, esbozo de bigote y barba. La habitación tapizada por rostros de hombres. Largas conversaciones en el teléfono con las amigas. Interminables días grises que terminan en llantos. Dietas y más dietas... ¡Auxilio...! Hay un adolescente en mi casa.
Recuerdo que, allá por mis catorce años, además de sentirme incomprendido, tenía unas ansias enormes de gritarle al mundo que yo era yo, y por lo tanto, diferente a los demás; que tenía mis propios gustos, y podía andar por la calle sin que me pasara nada. A esa edad refería andar solo o salir con mis amigos, y aprender de ellos lo bueno, y también lo malo.
“¡Quisiera huir con mi novio!”, decía una chica adolescente, sin medir las consecuencias para ella y para el muchacho. No hay sabiduría en ese deseo.
1. La pureza ayuda a tener una buena comunicación con tu pareja.