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Crecer en el amor

Alegría en el noviazgo

Una chica le pregunta al novio: 

—¿Qué te gusta más, mi belleza, mi sobrada inteligencia o mi sinceridad? 

Y el chico le contesta: 

—Tu sentido del humor, mi amor.

El ser humano recibe la vida como un don y como una tarea. Está dotado para realizar múltiples actividades y para forjar una personalidad propia. Puede tener buenas o malas amistades que dan lugar a “encuentros” profundos o superficiales.

Seguridad, un valor familiar

La Seguridad es un valor con muchas facetas y que abarca muchos ámbitos, además del de la familia, que es el que veremos en esta nota.

La familia nos hace sentir apoyados, seguros ante las fuerzas (a veces temibles) que están a nuestro alrededor. La familia es el lugar donde podemos ser nosotros mismos, donde no tememos temor de que no nos acepten, donde sabemos que, al final, siempre nos perdonarán. Es el lugar donde valemos por ser miembros de la familia, no por lo que tenemos o lo que damos.

San Pablo, ¿misógino?

El genio femenino en el apóstol  

Con el pretexto del año jubilar dedicado a San Pablo, y gracias a la sugerencia del Santo Padre Benedicto XVI de promover la riqueza de los textos paulinos, verdadero patrimonio de la humanidad, me he propuesto releer los textos del apóstol.

El Amor, como valor en la familia

Creo que para todos es claro, o debería serlo, que el amor es un valor fundamental para la familia. La familia es la escuela del amor, donde primero aprendemos a amar de pequeños; y de este aprendizaje primario del amor muchas veces depende si, más adelante en nuestra vida, nuestro amor es completo, íntegro, y enriquecedor. Si no hay amor en la familia, ¿en donde lo habrá?

Amor, amor. . . amor.

En la puerta de un hospital hace poco más de un año:

-Padre, perdone: ¿Ya se va?

-Sí, sólo viene a atender a un paciente.

-¿No podría pasar a ver a mi hermana? Le acaban de decir que su bebé probablemente tenga Síndrome de Down.

-¿En qué cuarto está?

Amor, flor delicada

Amor, flor delicada

En la película “Secretos de un matrimonio” de I. Bergman, aparece una mujer –típica ama de casa- quiere divorciarse, pues su matrimonio es sin amor; después de muchos años en los que “todo ha ido bien”, quiere separarse y se lo cuenta a la abogado: “mi marido es una buena persona, no le reprocho nada, ha sido un padre excelente y nunca nos hemos peleado.

¡Atención a los conflictos!

Cuando hablan los esposos de sus dificultades matrimoniales es muy común oír una expresión como ésta: “lo que provocó la crisis fue una verdadera tontería”. A medida que exponen sus dificultades con más detalle, uno puede apreciar cómo, en la mayoría de los casos, son efectivamente "tonterías", cosas "típicas".

Sin embargo están preocupados porque sienten que esa tontería les está haciendo daño o, en casos más graves, destruyendo la relación. Tal vez no logran saber por qué. Veamos unos casos.