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Verdadero camino de libertad

 

No son muchas las personas creyentes e incluso practicantes, que enfocan correctamente los mandamientos de la Ley de Dios. Una gran mayoría sólo ven en ellos –quizá fruto de una desacertada educación o catequesis -prohibiciones, vetos, exclusiones, preceptos negativos, obstáculos a su libertad etc.. De aquí suele brotar, frecuentemente, una conciencia transgresora, culpabilizadora, achatada y sin apenas horizontes. Nada más incorrecto.

El Decálogo es el mejor camino de libertad que se le ha dado al ser humano. Quien hace el mal a ciencia y conciencia, es esclavo del mal, del pecado, del vicio, de sus pasiones etc. Quien hace y cumple la voluntad de Dios-Padre, -claramente expresada en sus Mandamientos- obra como un buen hijo, se siente plenamente libre y sobre todo se asemeja a Dios, que es el ser libre por excelencia.

DIOS ES AMOR. Jesús, el Hijo de Dios, nos compendió sus mandamientos, en dos preceptos, eminentemente positivos: Amar a Dios con toda la mente, con todas las fuerzas y con todo el corazón y amar al prójimo como a uno mismo. "En esto consiste la Ley entera y los profetas".Más tarde, para que no se dispersasen ni las fuerzas ni la atención de sus seguidores, lo redujo todo a un único mandamiento, su mandamiento, el del AMOR.

Quien ama de verdad y está lleno su corazón de amor, se coloca en la órbita divina y se va asemejando con Dios, fuente de todo amor, hasta llegar a identificarse plenamente con El, que es la meta de toda persona.