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Un tiempo de gracia para cambiar el corazón, la vida y la historia

“El Señor es bondadoso, muestra el camino a los extraviados;

Él guía a los humildes para que obren rectamente y enseña su camino a los pobres”

Mensaje Episcopal de Cuaresma - Mons. Baldomero C. Martini

Queridos Hermanos: Pastores y fieles. Con la imposición de las Cenizas, el ayuno , la penitencia y la oración entramos en un tiempo para cambiar el corazón, la vida y la historia. Es el tiempo sagrado de Cuaresma, un camino de gracia para preparar la Pascua de Cristo, y vivir la nuestra como cristianos, argentinos y matanceros.

ES EL TIEMPO PARA CAMBIAR EL CORAZÓN HERIDO POR EL PECADO

“La ruptura entre Evangelio y cultura es sin duda alguna el drama de nuestro tiempo; la crisis se ha profundizado, estamos en una época de cambios y sobre todo en un cambio de época que compromete seriamente nuestra identidad eclesial y la identidad de nuestra nación.” (NMA24) Es un problema de cómo nos relacionamos con Dios, consigo mismo, los demás y el mundo.

Las personas, las familias , las instituciones y la sociedad en general no encuentran nuevos cauces para sostenerse y creer: proclamamos los valores pero ¿ Queremos vivirlos? ¿ Queremos superar la crisis que vivimos desde los auténticos valores, derechos y obligaciones? ¿o priman los intereses egoístas y mezquinos?

¿Donde estamos plantados, en construir o destruir? ¿nos importa lo ético y lo moral o nos da lo mismo, la corrupción, el desencuentro , la incomunicación y la descalificación?

En medio de esta crisis mundial, que no debemos reducirla sólo a lo económico sino que es fundamentalmente una crisis moral ,y por lo tanto nos debe interpelar en lo profundo de nuestra conciencia .Esta situación la debemos afrontar con grandeza y asumirla con esperanza, como nos enseñan los pobres auténticos, los pobres de corazón.

Vivimos un tiempo de grandes cambios, pero el cambio por “moda” no sirve para nada, es urgente, mis hermanos, un cambio de mayor consistencia: el del corazón de cada uno, que debe salir del caos , para vivir en el orden y así renovar la vida, la familia y la sociedad.

NECESITAMOS DE UN TIEMPO PARA RENOVAR NUESTRA VIDA

Ante el encierro en uno mismo , con un “yo” muchas veces, enfermo de egoísmo y esclavo de un narcisismo que nos hace sordos al llamado a vivir lo Nuevo, necesitamos de un tiempo para respirar la brisa fresca de la Gracia y escucharlo al Señor que nos habla. Nadie nos ama tanto como Él y porque quiere que tengamos vida en abundancia nos dice: “El Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia”( Mc1,15)

En la Liturgia de este tiempo, Dios, se nos hace encontradizo, siempre nos busca, para darnos su abrazo de Padre Bueno que nos perdona y reconcilia sacramentalmente. como lo hizo con el hijo pródigo que tuvo la valentía de volver, después del fracaso que significó querer hacer su vida fuera del corazón del Padre y fuera de la Casa de familia donde se vive la conversión , el discipulado, la comunión y la misión.

PARA QUE LA GRACIA CUARESMAL, SANE Y RENUEVE NUESTRA HISTORIA. 

Cuando somos responsables de nuestra historia, nos dejamos guiar por la Palabra de Dios que es viva y eficaz ; lo que Dios hizo, lo sigue haciendo hoy si le abrimos el corazón, la vida y la historia .Enseñaba Pablo VI :”Cada uno examine su conciencia, que tiene una voz nueva en nuestra época”.

La Cuaresma es el tiempo oportuno para entrar en el corazón de la Palabra, como alimento para vivir con sabiduría y dejarla entrar en nuestra historia para que realice su obra de amor que sana todas las heridas . Nos enseña el Papa Benedicto:“Animo a las parroquias y demás comunidades a intensificar la práctica del ayuno personal y comunitario, cuidando asimismo la escucha de la Palabra de Dios, la oración y la limosna para liberar nuestro corazón de la esclavitud del pecado y se convierta cada vez más en “sagrario viviente de Dios”.

“Con el ayuno, la oración y la limosna, le permitimos que venga a saciar el hambre más profunda que experimentamos en lo íntimo de nuestro corazón: el hambre y la sed de Dios.

San Pedro Crisólogo nos enseña que, el ayuno es el alma de la oración y la misericordia es la vida del ayuno. Por tanto quien ora, que ayune, quien ayuna, que se compadezca, que preste oídos a quien le suplica”. “Para ser amigos de Dios y estar atentos a los más necesitados.

Pablo VI señalaba también, “la necesidad de situar el ayuno en el contexto de la llamada a todo cristiano a no vivir para si mismo, sino para Aquel que lo amó y se entregó por él y a vivir también para los hermanos”. Busquemos gesto concretos de amor y de solidaridad que testimonien nuestro compromiso personal con el Amor en la Cuaresma y preparando la Pascua. :Gestos que expresen amor, prestando especial atención, desde un corazón renovado, a los que son menos amados y perdonando a los que nos dañan , ignoran e hieren.

En lo familiar, ayudémonos a redescubrir la oración y la escucha de la Palabra de Dios en clima de familia, porque “la familia que ora unida permanece unida y la bendice Dios”.

En la realidad comunitaria, ciudadana y social , vivamos gestos de solidaridad con los más pobres y de participación y compromiso para un cambio profundo en la Nación y preparemos un año electoral, donde tenga prioridad, el mejor servicio al bien común y a los auténticos valores y a los verdaderos derecho humanos que nacen de la dignidad humana .

Los encomiendo a María que desde Lujan nos dice:¡ Argentina levántate , canta y camina! y que esta Cuaresma, superando el carnaval de la frivolidad , nos lleve al encuentro con Cristo vivo , camino para la conversión , para la comunión y para la solidaridad.

A todos lo que buscan con sinceridad la Verdad ,lo Bueno y lo Justo, los abrazo con mi bendición pastoral y mi oración por todos.

¡ DIOS ES AMOR!