Una nueva carta del Papa
Para saber
En esto primeros días de julio está por publicarse la tercera encíclica del Papa Benedicto XVI: “El amor en la verdad” (“Caritas in veritate”). Será una encíclica social, es decir, dedicada a reflexionar sobre los problemas del hombre en sociedad, refiriéndose a la necesidad que tiene de un desarrollo integral.
Hace días destacaba el Papa la relación entre corazón y razón: “Necesitamos una razón clara para que el corazón pueda aprender a actuar según la verdad en la caridad”.
Si el corazón y los sentimientos no hacen referencia a la verdad el hombre se vuelve ciego y tropieza. Sin la verdad, le queda solo su propio criterio, cayendo en un relativismo irracional, como lo muestra el siguiente peculiar “discurso fúnebre” ante la muerte del sentido común.
Para pensar
«Hoy lloramos la muerte de un querido amigo, el “Sentido Común”. Vivió entre nosotros durante muchos años. Será recordado por haber sabido cultivar lecciones muy valiosas y sencillas. Recordamos algunas, como que “hay que trabajar para tener derecho a comer”; que es “conveniente leer y rezar todos los días”; saber que “al que madruga Dios le ayuda” y que “la vida no siempre es justa”; o una muy olvidada: “tal vez yo soy el equivocado y no los demás”.
Sentido Común vivió bajo simples y eficaces reglas: como “no gastes más de lo que ganas”, y estrategias confiables: “los adultos están a cargo, no los niños”. Su salud comenzó a deteriorarse rápidamente cuando se aplicaron reglas bien intencionadas, pero ineficaces tanto en el hogar como en el colegio: cuando una maestra fue despedida por reprender a un alumno indisciplinado, o cuando los padres dejaban ver a sus hijos todo lo que salía en la televisión, y se empezó a ver como normal enseñar a los alumnos a usar preservativos.
Sentido Común empezó a enfermarse cuando los padres protestaban cuando los maestros trataban con disciplina a sus ingobernables y groseros hijos. Declinó su salud aún más cuando las escuelas prohibieron llevar artículos religiosos y enseñaban un mundo sin Dios.
El Sentido Común perdió el deseo de vivir cuando los Diez Mandamientos se volvieron pasados de moda y ahora la mujer tenía el “derecho” a vestir y hablar como quisiera, pues el pudor, la moral y la buena educación se habían convertido en atentados contra su “libertad”; cuando los criminales recibían mejor trato que sus víctimas, o cuando se empezó a decir que la violencia era bella y el sexo desordenado era bueno, burlándose de la castidad y de la pureza. Y un largo etcétera. Por fin, le llevó a la agonía saber que no se defendía al hijo aún no nacido.
Pero antes de que muriera el Sentido Común, murieron sus padres: el Bien y la Verdad; su esposa, la Belleza; su hija, Responsabilidad, y su hijo, Raciocinio. Sin embargo le sobreviven sus tres hermanastros: “Tengo derecho a todo”, “A mi no me mandan”, y “Yo no me equivoco”.»
No hubo mucha gente en su funeral, unos porque aún no se enteran y otros porque se alegraron.
3) Para vivir
El Papa Benedicto XVI está teniendo una actitud valiente al ser un defensor de la verdad, aun sabiendo que muchos criticarán su postura.
Hemos de aprender a vivir fieles a la verdad, recordando las palabras del Señor: “Yo soy la camino, la verdad y la vida” (Jn 14, 6).
(e-mail: padrejosearticulos@gmail.com)