Pasar al contenido principal

A Tierra Santa

El primero domingo de mayo, durante el rezo del Regina Coeli desde la ventana de su despacho particular, Benedicto XVI pidió rezar por su viaje a Tierra Santa del 8 al 15 de mayo. “Con mi visita quiero confirmar y alentar -dijo- a los cristianos que viven allí y que deben afrontar diariamente muchas dificultades. Como Sucesor del apóstol Pedro, les haré sentir la cercanía y el apoyo de todo el cuerpo de la Iglesia. De igual modo iré como peregrino de paz en nombre del único Dios que es Padre de todos. Daré testimonio del compromiso de la Iglesia Católica en favor de cuantos se esfuerzan por practicar el diálogo y la reconciliación para lograr una paz estable y duradera en la justicia y el respeto recíprocos. En fin, este viaje tendrá una notable importancia ecuménica e interreligiosa: Jerusalén es, desde este punto de vista, la ciudad símbolo por excelencia: allí murió Cristo para reunir a todos los hijos de Dios dispersos” y luego pidió oraciones para los pueblos de esa región, en especial “del pueblo palestino, que ha soportado grandes pruebas y sufrimientos”. ¡Qué Dios los bendiga al igual que a todos los que viven en Tierra Santa y les conceda los dones de la unidad y la paz!”.

El miércoles 6 de mayo, durante la Audiencia General, el Papa se dirigió a las poblaciones jordanas, israelíes y palestinas que visitará durante su peregrinar y les dijo: “Deseo que llegue pronto la hora de estar con ustedes y de compartir sus aspiraciones y esperanzas, así como sus dolores y sus luchas. Iré entre ustedes como peregrino de paz. Quiero ante todo visitar los lugares que la vida de Jesús hizo santos y rezar en ellos por el don de la paz y la unidad para sus familias y para todos los que tienen su hogar en Tierra Santa y Oriente Medio. Entre los numerosos encuentros religiosos y civiles que tendrán lugar durante esta semana están las reuniones con los representantes de las comunidades musulmana y judía, con los que se han dado grandes pasos en el diálogo y el intercambio cultural. Saludo de forma especial a los católicos de la región y les pido que se unan a mí para rezar para que esta visita dé abundante fruto para la vida espiritual y civil de los habitantes de Tierra Santa”.

El itinerario del Santo Padre es el siguiente:

-Sábado 9 en Ammán: Por la mañana, Visita al Museo Hashemita y a la Mezquita Al Hussein Bin Talal y sucesivo Encuentro con los Jefes religiosos musulmanes, con el Cuerpo Diplomático y con los Rectores de las Universidades Jordanas al exterior de la Mezquita Al Hussein Bin Talal. Por la tarde, Celebración de las Vísperas con los sacerdotes, los religiosos y las religiosas, los seminaristas y los movimientos eclesiales en la Catedral Greco-Melquita de San Jorge.

-Domingo 10 en Amman: Por la mañana, Santa Misa y sucesivo rezo del Regina Coeli en el Estadio Internacional.

-Lunes 11 en Jerusalén: Por la tarde, Visita de cortesía al Presidente del Estado de Israel en el Palacio Presidencial y Visita al Memorial Yad Vashem. Por la noche, Encuentro con las organizaciones para el diálogo interreligioso en el Auditorio del Centro Nuestra Señora de Jerusalén.

-Martes 12 en Jerusalén: Por la mañana, Visita al Muro Occidental; Visita de cortesía a los dos Grandes Rabinos de Jerusalén en el Centro Hechal Shlomo, y Plegaria del Regina Coeli con los Ordinarios de Tierra Santa en el Cenáculo. Por la tarde, Santa Misa en el Valle de Josafát.

-Miércoles 13 en Belén: Por la mañana, Santa Misa en la Plaza del Pesebre, y por la tarde Visita al Campo de Refugiados de Aída.

-Jueves 14 en Nazarét: Por la mañana, Santa Misa en el Monte del Precipicio, y Saludo a los Líderes religiosos de Galilea en el Auditorio del Santuario de la Anunciación. Por la tarde, Visita a la Gruta de la Anunciación y sucesiva Celebración de las Vísperas con los obispos, los sacerdotes, los religiosos y las religiosas, los movimientos eclesiales y los operadores pastorales de Galilea en la Basílica superior de la Anunciación.

-Viernes 15 en Jerusalén: Por la mañana, Visita a la Basílica del Santo Sepulcro.

Este es quizás el viaje más difícil, hasta ahora, de este pontificado porque la situación política en el área es inestable y las perspectivas de pacificación son frágiles. También porque allí han germinado y abundan los fundamentalismos religiosos que le mirarán con lupa y le escucharán con escrupulosos prejuicios. No obstante, el Papa se pone en camino para hablarles cercanamente de reconciliación y de paz.