Pasar al contenido principal

Sacerdotes; ¿Buenos o malos?

Muchas personas hablan, sin verdadero conocimiento de causa, sobre la supuesta corrupción sexual de los sacerdotes. Afirman que gran parte de los sacerdotes mantienen relaciones sexuales y que la Iglesia no penaliza a los que abusan sexualmente de otras personas.

 

En cuanto a las penas que la Iglesia tiene, en el Código de Derecho Canónico sí se especifican varios grados de castigos, incluyendo la expulsión del estado clerical. Es ridículo suponer que también la Iglesia deba castigar como si fuere el poder judicial del gobierno. Si un sacerdote comete un delito, es sujeto de la justicia del país, al igual que otros ciudadanos, ya que el hecho de ser sacerdote no lo pone por encima de la ley.

Quiero invitarles a reflexionar sobre el tema mencionado para que lleguen a sus propias conclusiones. De los sacerdotes que ustedes conocen personalmente, amigos lectores, ¿Cuántos son personas de bien, entregadas a una labor digna y noble? y ¿Cuántos tienen realmente una mala conducta? Yo tengo la fortuna de contar con la amistad y el consejo de muchos buenos sacerdotes que, a lo largo de mis 50 años de vida, en múltiples circunstancias, me han orientado y animado a crecer como padre de familia, lo que me ha ayudado a ser un mejor ciudadano.

Me parece extraño que si supuestamente existen tantos sacerdotes pervertidos, a mi familia y a mí no nos haya tocado conocer a ninguno así. Por otra parte, no me espantaría enterarme de la existencia de un mal sacerdote, ya que todos tenemos la libertad que Dios nos dio. A Cristo lo entregó Judas, uno de sus elegidos, sin embargo los otros once, que fueron la gran mayoría, tuvieron una vida santa.

La Iglesia Católica tiene como líder a la persona más respetada en el mundo el día de hoy, Benedicto XVI. Él fue elegido entre los cardenales (que son sacerdotes) y debe ser representativo de la mayoría de ellos. La lógica dice; “nadie puede dar lo que no tiene” y, por lo tanto, podemos afirmar que las cualidades que observamos en el Papa también las deben tener muchos de sus compañeros sacerdotes, pues él salió de ese grupo.

La Iglesia Católica ha crecido y se ha fortalecido a lo largo de 2000 años por la gracia de Dios, con la ayuda  y el sacrificio de cantidad de sacerdotes fieles y dedicados. No dejemos que nos alejen de la Iglesia los comentarios de quienes desean destruir, por unos pocos malos sacerdotes, la reputación de muchos sacerdotes entregados a su misión evangelizadora.