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¿Qué hacer ante el mal que nos rodea? "Ahogar el mal en la abundancia del bien"

¿Qué hacer ante el mal que nos rodea?

“Ahogar el mal en abundancia de bien”

1) Para pensar

El Papa Benedicto XVI visitó hace pocos días Polonia, la tierra de su querido antecesor Juan Pablo II. Y en su viaje no quiso dejar de ir al campo de concentración de Auschwitz, lugar donde murieron tantos inocentes y que la humanidad no ha dejado de recordar con horror y tristeza. El Papa, después de haber rezado durante largo rato, habló con algunos sobrevivientes del Holocausto y dirigió después un mensaje:

“Tomar la palabra en este lugar de horror, de crímenes contra Dios y contra el hombre sin parangón en la historia, es casi imposible, y es particularmente difícil y oprimente para un cristiano, para un Papa que procede de Alemania… hijo de ese pueblo del que tomó el poder un grupo de criminales con promesas mentirosas, en nombre de perspectivas de grandeza”.

Después de reconocer el error de ese grupo de alemanes, se preguntó: «¿Dónde estaba Dios en esos días? ¿Por qué se calló? No podemos escrutar el secreto de Dios, sólo vemos fragmentos y nos equivocamos cuando nos queremos convertirnos en jueces de Dios y de la historia”.

Ciertamente, no fue Dios quien lo quiso, fueron los hombre quienes lo quisieron cuando se alejaron del mandamiento divino.

El Papa terminó elevando su plegaria al Señor: “Gritamos a Dios para que lleve a los hombres a arrepentirse y a reconocer que la violencia no crea paz, sino que más bien suscita más violencia, un círculo de destrucción en el que a fin de cuentas todos pierden”.

2) Para pensar

¿Qué hacer ante el mal que nos circunda? Un relato nos da una orientación:

Había una vez un maestro oriental que vio cómo un alacrán se estaba ahogando. Decidió salvar al animalito del agua, pero cuando lo hizo, el alacrán lo picó. Ante el dolor lo soltó, por lo que el animal de nuevo se estaba ahogando... entonces intentó sacarlo y otra vez lo volvió a picar. La escena se repetía varias veces. Alguien que lo observaba le dijo: “¡Cómo es necio Usted! ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua lo va a picar?” Entonces el maestro oriental le respondió: “La naturaleza del alacrán, que es picar... no va a cambiar mi naturaleza, que es ayudar”. Entonces saco al animalito del agua con la ayuda de una hoja.

Un relato que nos puede ayudar a saber reaccionar ante el mal que nos encontremos. Si alguien nos traiciona o hace algún mal, no nos ha de cambiar hacia el mal. El Papa Benedicto XVI no rezaría sólo por las víctimas del Holocausto, sino también por sus causantes. No podemos permitir que el mal no haga malos.

3) Para vivir

Ante el mal que nos rodea no podemos ser indiferentes. Sin embargo, ante las diversas actitudes que podemos tomar, no podemos reaccionar con violencia u odio, pues añadiríamos más mal al mundo. ¿Qué hacer entonces? Podemos seguir el consejo que daba San Josemaría Escrivá: “Hay que ahogar el mal en abundancia de bien”. Propongámonos vivir el bien con nuestras vidas, ante la mentira y calumnia, siempre hablar con la verdad; ante el agravio y la ofensa, demos el perdón; ante la ignorancia, demos la luz de la fe; ante el odio y la violencia, demos el amor que Cristo nos vino a enseñar.