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Podemos ser una bella sinfonía. Dejemos que toque el Artista

Podemos ser una bella sinfonía

Dejemos que toque el Artista

1) Para pensar

Un organista de la iglesia estaba practicando una pieza de Felix Mendelssohn y no estaba tocando muy bien. Frustrado, recogió su música y se dispuso a irse. No había notado a un extraño que se había sentado en un banco de atrás.

Cuando el organista se dio la vuelta para irse, el extraño se le acercó y le preguntó si él podía tocar la pieza. El organista respondió bruscamente: «Nunca dejo que nadie toque este órgano.» Finalmente, después de dos peticiones amables más, el músico gruñón le dio permiso con renuencia. El extraño se sentó y llenó el santuario de una hermosa e impecable música.

Cuando terminó, el organista preguntó: «¿Quién es usted?» El hombre

contestó: «Yo soy Félix Mendelssohn.» El organista sorprendido le pidió disculpas llenó de vergüenza al gran artista. Por poco el organista impide al creador tocara su propia música.

Hemos de dejar que el verdadero artista haga una hermosa melodía con nuestras vidas. Y para ello hemos de dejar que entre el Señor en nuestras vidas. El encuentro con Cristo cambia la vida, también hoy, aseguró el Papa Benedicto XVI en su reciente audiencia general del 8 de noviembre ante más de 15,000 asistentes, en que recordó la figura del apóstol Pablo.

2) Para pensar

Somos «creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano» (Efesios 2:10). Pero nuestras vidas no producirán una música hermosa a menos que le dejemos obrar en nosotros. Dios tiene una sinfonía escrita para nuestras vidas. Dejémosle que haga su voluntad en nosotros.

El Papa ha señalado «la centralidad de Jesucristo» como el aspecto más destacado de la vida cristiana del «decimotercer apóstol», Saulo de Tarso. Recordando el encuentro de Pablo con Cristo, constató cómo aquel momento «revolucionó literalmente su vida». «Cristo se convirtió en su razón de ser y en el motivo profundo de todo su trabajo apostólico». Fue ese encuentro con Jesús que decidió el apóstol a partir de entonces ser un buen instrumento en las manos de Dios.

En la medida en que dejemos obrar al Señor en nosotros, seremos mejores personas. Pensemos qué tan buenos instrumentos hemos sido hasta ahora y si nuestras obras son según el querer de Jesús.

3) Para vivir

El Papa señaló que la historia de San Pablo, nacido en la actual Turquía permite comprender «cómo Jesucristo puede influir en la vida de una persona y, por tanto, también en nuestra misma vida». «En realidad -recalcó-, Jesucristo es el ápice de la historia de la salvación y por tanto el verdadero punto discriminante en el diálogo con las demás religiones». «¿Cómo tiene lugar el encuentro de un ser humano con Cristo? La «identidad cristiana», dijo el Papa, se compone de dos elementos: no buscarse a sí mismo, sino revestirse de Cristo y entregarse con Cristo.

«Por otra parte -añadió-, nuestra radical pertenencia a Cristo y el hecho de que “estamos en Él” tiene que infundirnos una actitud de total confianza y de inmensa alegría». En definitiva, propuso, «tenemos que exclamar con san Pablo: “Si Dios está por nosotros ¿quién contra nosotros?”».