1) Para saber
En el curso de la historia de la Iglesia no le han faltado opositores. Muchas veces provienen al no comprenderse los fundamentos de su postura. Hoy en día tampoco es la excepción. Por ejemplo, el Papa Paulo VI lo experimentó al promulgar la Encíclica “Humanae vitae” en año de 1968, cuando señaló la postura de la Iglesia respecto a la sexualidad. Algunos no la aceptaron.
El Papa Benedicto XVI señala que dicha Encíclica subraya el sentido unitivo y procreador de la sexualidad, poniendo así como fundamento de la sociedad la pareja de los esposos, hombre y mujer, que se acogen recíprocamente en la distinción y en la complementariedad; una pareja, pues, abierta a la vida (cfr. “La Caridad en la verdad”, n. 15).
La Iglesia tiene el derecho y, a la vez, la obligación de declarar y defender siempre la verdad.
2) Para pensar
Fulton John Sheen, quien fuera arzobispo en Estados Unidos, solía presentarse por televisión a comienzos de la década de 1950, y aún hoy se realizan las retransmisiones de esos programas.
A continuación presentamos un texto suyo, que con un estilo un tanto irónico, guarda una gran verdad de fondo.
"Si yo no fuera católico, y estuviera en búsqueda de la verdadera Iglesia en el mundo actual, buscaría una Iglesia que no se llevara bien con el mundo; en otras palabras, buscaría la Iglesia que fuera odiada por el mundo, debiendo ser odiada tanto como lo fue Él cuando en su carne habitó la tierra. Si encontraras a Cristo en alguna iglesia hoy, sería en la iglesia con la que el mundo no se lleva bien. Busca la iglesia que es acusada de ser retrógrada, así como Cristo fue acusado de ser ignorante y de nunca haber aprendido… Busca la iglesia rechazada por el mundo por sostener ser infalible, como Pilato rechazó a Cristo porque Él se llamó a sí mismo la Verdad. Busca la iglesia rechazada por el mundo así como nuestro Señor fue rechazado por los hombres. Busca la iglesia que en medio de la confusión de opiniones conflictivas, sea amada por sus miembros así como aman a Cristo, y respetan su voz así como la misma voz de su Fundador, y la sospecha crecerá, que si Cristo no es popular con el espíritu del mundo, entonces ésta Iglesia no es mundana, y si no es mundana, es de otro mundo. Puesto que es de otro mundo es infinitamente amada e infinitamente odiada como Cristo mismo. Pero solo aquello que es divino puede ser infinitamente odiado e infinitamente amado. Por lo que la Iglesia es divina".
3) Para vivir
El Papa Benedicto XVI señala que no puede tener bases sólidas, una sociedad que —mientras afirma valores como la dignidad de la persona, la justicia y la paz— se contradice radicalmente aceptando y tolerando las más variadas formas de menosprecio y violación de la vida humana, sobre todo si es débil y marginada.
¿Por qué la Iglesia está tan segura de sus afirmaciones? Porque obtiene su certeza partiendo del sagrado depósito de la fe, es decir, de la Revelación hecha por Dios. Las afirmaciones del Iglesia podrán ser rechazadas por algunos, pero no por ello tiene que cambiar su parecer pues es su tarea proteger y custodiar ese tesoro encomendado.