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A medio camino

Han acabado con gran participación popular, todos los actos, tanto religiosos como profanos, celebrados en nuestro municipio de Alcorcón, en honor de la patrona, Ntra. Señora la Virgen de los Remedios. Tanto las autoridades –el Ayuntamiento en pleno- como el público, en general, se han volcado para hacer más gratas, festivas y participativas, dichas celebraciones.

En el aspecto religioso se han alcanzado cotas de participación masiva, muy superiores a las de años pasados, según ha sido reconocido unánimemente.

Me refiero, en concreto, a la solemne misa celebrada al aire libre por la mañana, en la plaza del Tejar, el lunes día ocho, bajo la carpa instalada por el Ayuntamiento. Otro tanto cabe decir de la impresionante afluencia de público, que acompañó la carroza de la Virgen por las calles de la localidad hasta su ermita lindante al viejo cementerio.

Muy loable y gratificante para muchos puede ser reseñar estos aspectos celebrativos, que quizá les dejen plenamente satisfechos. No así al que esto refiere. Me atrevo a decir que, con ser muy elogiosa esta actitud religiosa del pueblo de Alcorcón, honrando con fervor a su patrona, todavía se está a medio camino de lo que exige la verdadera fe cristiana. Me explico:

La devoción a la Virgen nunca es un fin en sí misma, sino un medio para llegar a la meta que es su Hijo Jesucristo, único Señor y Salvador de todos los hombres. Si la novena, cantos, flores, procesión, fervor en los actos litúrgicos, en honor de la Virgen, sirven para acercar a los creyentes a Cristo, a la misa de los domingos y a la frecuencia de los sacramentos y a la vida cristiana...¡Bendito sea Dios¡.De lo contrario, habría que concluir que todavía nos queda a todos bastante por lograr, pues estamos a medio camino de lo que el Señor y la Virgen esperan de sus buenos hijos de Alcorcón.