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Lenguaje Episcopal

 

No soy quién para dar lecciones a nadie y menos a mis queridos obispos. Sí que me siento con la libertad suficiente, dentro de la Iglesia a la que pertenezco, para opinar, respetuosamente, sobre el aspecto formal en que la generalidad de los obispos españoles, se dirigen a la entera ciudadanía en sus documentos y pastorales.

A mi parecer, usan demasiados argumentos acomodaticios, humanos, sociopolíticos, tratando de no parecer impositivos, sino muy respetuosos con la “sacrosanta democracia”. Dan la impresión que les abruma el hecho de que la Constitución sea laica y que no todos los ciudadanos sean católicos. No usan, apenas, los argumentos de fe, de la S. Escritura, del Evangelio y del Magisterio pontificio.

Los destinatarios católicos nos quedamos frustrados y los no católicos consideran la intervención episcopal como “una opinión más, entre otras muchas, que no comparten”.

Pierden así, oportunidades valiosas de anunciar oportune et inoportune los valores cristianos y la fuerza del Evangelio del que son destacados maestros y custodios.