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Lecturas, reflexiones y oraciones para las posadas

Lecturas, reflexiones y oraciones para las posadas

PRIMERA POSADA

4. LECTURA

Leer Evangelio según San Lucas 1, 26-33

REFLEXIÓN

Os anunciamos la venida de Cristo, y no sólo una sino
también una segunda que será sin duda mucho más gloriosa que
la primera. La primera se realizó en el sufrimiento, la segunda
traerá consigo la corona del reino. Porque en nuestro Señor
Jesucristo casi todo presenta una doble dimensión. Doble fue su
nacimiento: uno, de Dios, antes de todos los siglos; otro, de la
Virgen, en la plenitud de los tiempos. Doble su venida: una en la
oscuridad y calladamente, como lluvia sobre el césped; la
segunda, en el esplendor de su gloria, que se realizará en el
futuro.

En la primera venida fue envuelto en pañales y recostado en
un pesebre; en la segunda aparecerá vestido de luz. En la
primera sufrió la cruz, pasando por encima de la ignominia; en
la segunda vendrá lleno de poder y de gloria, rodeando de todos
los ángeles.

Por lo tanto, no nos detengamos sólo en la primera venida,
sino esperemos ansiosamente la segunda. Y así como en la primera
dijimos: bendito el que viene en el nombre del Señor, en la
segunda repetiremos lo mismo cuando, junto con los ángeles,
salgamos a su encuentro y lo aclamemos adorándolo y diciendo de
nuevo: bendito el que viene en el nombre del Señor.

San Cirilo de Jerusalén.

5: ORACIÓN UNIVERSAL

Oremos:

Para que recorriendo junto a María y José el camino a Belén
abramos sin miedo nuestro corazón a Cristo.

Ven Señor, no tardes

Para que sepamos recibir a Cristo en esta Navidad.

Ven Señor, no tardes

Para que por medio de los Sacramentos y la Vida de Gracia
preparemos nuestro corazón para recibir a Cristo.

Ven Señor, no tardes.

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SEGUNDA POSADA

4. LECTURA

Leer Evangelio según San Lucas 1, 34-38

REFLEXIÓN

María fue fiel ante todo cuanto, con amor se puso a buscar el
sentido profundo del designio de Dios en ella y para el mundo.
¿Cómo sucederá esto?, preguntaba ella al ángel de la
anunciación. Ya en el antiguo testamento el sentido de esta
búsqueda se traduce en una expresión de rara belleza y
extraordinario contenido espiritual. " Buscar el rostro del
Señor". No habrá fidelidad si no hubiere en la raíz esta
ardiente, paciente y generosa búsqueda; si no se encontrara en
el corazón del hombre una pregunta, para la cual solo Dios tiene
respuesta, mejor dicho, para la cual sólo Dios es la respuesta.

Juan Pablo II

5: ORACIÓN UNIVERSAL

Oremos:

Para que al igual que María, tengamos una alma llena de
gracia para escuchar el llamado de Dios.

Te rogamos Señor.

Para que por medio de la oración, como lo hacia María,
descubramos nuestra vocación.

Te rogamos Señor.

Para que sepamos imitar la fidelidad de María a la voluntad
de Dios.

Te rogamos Señor.

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TERCERA POSADA

4. LECTURA

Leer Evangelio según San Mateo 1, 18-21

REFLEXIÓN

El Verbo de Dios, incorpóreo, incorruptible e inmaterial,
vino a nuestro mundo, aunque tampoco se hallaba lejos, pues nunca
parte alguna del universo se hallaba vacía de él, sino que lo
llenaba todo en todas partes, ya que está junto al Padre.

Pero Él vino en su benignidad hacia nosotros, y en cuanto se
nos hizo visible. Tuvo piedad de nuestra raza y de nuestra
debilidad y, compadecido de nuestra corrupción, no soportó que
la muerte nos dominase, para que no pereciese lo que había sido
creado, con lo que hubiera resultado inútil la obra de su Padre
al crear al hombre, y por eso tomó para sí un cuerpo como el
nuestro, ya que no se contentó con habitar en un cuerpo, ni
tampoco hacerse simplemente visible, hubiera podido ciertamente
asumir un cuerpo más excelente; pero él tomó nuestro mismo
cuerpo.

En el seno de la Virgen, se construyó un templo, es decir, su
cuerpo , y lo hizo su propio instrumento, en el que había de
darse a conocer y habitar; de este modo, habiendo tomado un
cuerpo semejante al de cualquiera de nosotros, ya que todos
estaban sujetos a la corrupción de la muerte, lo entregó a la
muerte para todos, ofreciéndolo al Padre en un amor sin limites.

San Atanasio.

5: ORACIÓN UNIVERSAL

Oremos:

Para que el nacimiento de Cristo sirva para renovar nuestra
alma.

Te rogamos Señor.

Para que por medio de nuestros actos diarios demos testimonio
de la presencia de Dios entre nosotros.

Te rogamos Señor.

Para que al igual que José y María sepamos llevar a Cristo
todas las almas.

Te rogamos Señor.

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CUARTA POSADA

4. LECTURA

Leer Evangelio según San Lucas 1, 39-45

REFLEXIÓN

Después de la visión de la perfección, de la pureza de
María, brotan espontáneamente las palabras: toda hermosa eres,
¡oh María! Esta contemplación de la belleza sigue a la
contemplación de la pureza y por esta misma contemplación nos
preguntamos: ¿por qué? ¿Cuál es la raíz de esta belleza? Y
encontramos la raíz de esta belleza en que María está
emparentada nada menos que con Dios; precisamente porque ha
salido de sus con una integridad. Así como un espejo blanco y
puro refleja el cielo , así debería ser el humano que está
hecho a imagen de Dios. Aquí tenemos finalmente un retrato de
Dios, puro, incontaminado. En él podemos comprender, mejor que
en cualquier otra criatura, qué es Dios, conociendo a la Virgen.

Y así se explica la belleza. Es una belleza divina que se
refleja en la Virgen y no solamente en su persona sino en todo
cuanto ella cumple por designio de Dios.

María será la madre de Dios; y estará vinculada al misterio
más grande que la historia humana pueda comprender.

Paulo VI

5: ORACIÓN UNIVERSAL

Oremos:

Para que hagamos nuestras las virtudes de la Santísima
Virgen.

Escúchanos Señor.

Para que al igual que María seamos caritativos con los que
nos rodean.

Escúchanos Señor.

Para que como Juan el Bautista, saltemos de gozo por la
presencia del Señor entre nosotros.

Escúchanos Señor.

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QUINTA POSADA

4. LECTURA

Leer Evangelio según San Lucas Mateo 1, 22-25

REFLEXIÓN

Si relacionas a San José con la Iglesia universal de Cristo,
¿no es este el hombre privilegiado y providencial, por medio del
cual la entrada de Cristo en el mundo se desarrolló de una
manera ordenada y sin escándalos?. Si es verdad que la Iglesia
entera es deudora a la Virgen Madre por cuyo medio recibió a
Cristo, después de María es San José a quien debe
agradecimiento y una veneración singular.

José viene a hacer el broche del Antiguo Testamento, broche
en el que fructifica la promesa hecha a los Patriarcas y a los
Profetas. Sólo él poseyó de una manera corporal lo que para
ellos había sido mera promesa.

No cabe duda de que Cristo no sólo se ha desdicho de la
familiaridad y respeto que tuvo con el durante su vida mortal
como si fuera su padre, sino que la habrá completado y
perfeccionado en el cielo.

San Bernardino de Siena

5: ORACIÓN UNIVERSAL

Oremos:

Para que imitemos a San José como siervos dóciles de Dios.

Padre escúchanos.

Para que como San José nuestros actos cotidianos sirvan al
Plan de Salvación de Dios.

Padre escúchanos.

Para que aprendamos de San José a ser buenos padres.

Padre escúchanos.

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SEXTA POSADA

4. LECTURA

Leer Evangelio según San Lucas 2, 1-7

REFLEXIÓN

Despierta, hombre: por ti Dios se hizo hombre. Despierta, tú
que duermes, surge de entre los muertos; y Cristo con su luz te
alumbrará. Te lo repito: por ti Dios se hizo hombre.

Estarías muero para siempre, si Él no hubiera nacido en el
tiempo, si Él no hubiera asumido una carne semejante a la del
pecado. Estarías condenado a una miseria eterna, si no hubieras
recibido tan gran misericordia. Nunca hubieras vuelto a la vida,
si Él no se hubiera sometido voluntariamente a tu muerte.
Hubieras perecido, si Él no te hubiera auxiliado. Estarías
perdido sin remedio, si Él no hubiera venido a salvarte.

San Agustín

5: ORACIÓN UNIVERSAL

Oremos:

Para que no seamos indiferentes al nacimiento de Cristo.

Señor, escucha nuestra oración.

Para que el nacimiento de Cristo transforme nuestras vidas.

Señor, escucha nuestra oración.

Para que por nuestro testimonio, el mundo sepa que Cristo ha
nacido entre nosotros.

Señor, escucha nuestra oración.

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SÉPTIMA POSADA

4. LECTURA

Leer Evangelio según San Lucas 2, 8-18

REFLEXIÓN

En la Navidad hay que pensar una y otra vez. Así lo hicieron
los pastores que fueron los primeros testigos del nacimiento de
Jesús, a ser convocados por el ángel para comprobar el hecho
acaecido. Fueron a Belén, encontraron a Jesús, con María y
José, y a la vuelta, contaron lo que se les había dicho acerca
del Niño. Y cuantos los oían se maravillaban de los que les
decían los pastores. Así podemos decir, el Evangelio comienza a
ser noticia, a difundirse discreta y secretamente, y a contribuir
a la formación de esa conciencia popular mesiánica que cogerá,
luego, la predicación de Juan el Bautista, el Precursor, y
después el mismo Jesús.

Pero otra circunstancia muy clara nos exhorta a pensar
nuevamente en el hecho de la Navidad, evocado por la fiesta
litúrgica para descubrir en Él el sentido, el significado
trascendente que esconde y manifiesta. La Navidad tiene un
contenido propio, secreto que se descubre sólo a quien lo busca.
Pensemos en la misma Virgen María, en el éxtasis de su alma
limpísima, ya bien consciente del misterio de su divina
maternidad y absorta totalmente en la meditación de cuanto
sucedió en ella y a su alrededor.

Pablo VI

5: ORACIÓN UNIVERSAL

Oremos:

Para que seamos humildes como los pastores.

Te rogamos Señor.

Para que al igual que los pastores seamos testigos del
nacimiento de Cristo.

Te rogamos Señor.

Para que así como los pastores manifestaron el nacimiento de
Cristo, nosotros llevemos la Buena Nueva a todos los confines del
mundo.

Te rogamos Señor.

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OCTAVA POSADA

4. LECTURA

Leer Evangelio según San Lucas Mateo 2, 1-12

REFLEXIÓN

Es necesario que estos esforzados buscadores del Rey de los
judíos salgan del palacio de Herodes y se dejen de las
interminables discusiones; es necesario que abandonen la Ciudad
Santa y confíen en la Estrella (es decir en el signo que Dios
mismo ofrece para que puedan descubrir el nuevo lugar santo donde
ha decidido encontrar al hombre que lo busca).

Y la estrella se paró en el lugar donde se encontraba el
Niño. En este momento ya no hay separación porque se juntan el
signo y la realidad.

El signo ha sido espectacular.

La realidad, por el contrario, aparece modesta, ordinaria,
casi me atrevería a decir, desilusoria.

Una casa cualquiera. Una escena muy común y personas sin
importancia.

Habiendo entrado en la casa, vieron al Niño con María, su
Madre. No hay más, aquí está todo.

Es mucho más fácil ver una estrella y quedarse extasiados
por su aparición que "ver " un cuadro tan familiar.
Esta señal grandiosa, en este caso, nos lleva a una realidad
pequeña, insignificante.

Y postrados lo adoraron.

La estrella no tiene ya ninguna función. Ahora entra en juego
la fe.

Solamente la fe permite el ver más haya de las apariencias e
incita a adorar.

Solamente la fe consciente el ver la gloria, la grandeza
infinita que puede contenerse en la pequeñez.

A. Pronzato

5: ORACIÓN UNIVERSAL

Oremos:

Para que nuestros corazones estén abiertos a recibir todos
aquellos signos que nos manifiestan la voluntad de Dios.

Ven Señor no tardes

Para que al igual que los Reyes Magos sigamos esos signos que
nos llevan a Cristo.

Ven Señor no tardes.

Para que al final del camino de nuestras vidas, habiendo
seguido los signos que Dios nos da lleguemos a adorar a nuestro
Señor Jesucristo en la vida eterna.

Ven Señor no tardes.

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NOVENA POSADA

4. LECTURA

Leer Evangelio según San Juan 1, 1-12

REFLEXIÓN

Para nosotros la esperanza solo tiene un valor pedagógico; es
un recuerdo de la preparación secular a la venida de Cristo.
Cristo ya ha venido. La realidad del Mesías ya se ha cumplido
para nosotros.

Esta es la espiritualidad de la Navidad, en la cuál la
historia, la teología, el Misterio de la Encarnación, nuestro
destino humano y sobrenatural, se funden y se convierten en
celebración, es decir en Liturgia: una liturgia que se alimenta
de toda la tierra, de toda la historia y que se levanta, hasta
los cielos, hasta la gloria Divina.

Si, Cristo ya ha venido; pero una misteriosa y terrible
desgracia no todos lo han conocido, no todos lo han acogido: así
lo afirma el prólogo del evangelio de San Juan: "El era la
luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este
mundo..., y el mundo no lo conoció. Leer Evangelio según San
Lucas Mateo 1, 18-21. Vino a los suyos y los suyos no lo
recibieron. Este es el cuadro de la humanidad que, después de
veinte siglos de historia, tenemos ante nuestros ojos. ¿Cómo es
posible? ¿Qué podemos decir? No pretendemos investigar en una
realidad inmersa en un misterio que nos trasciende. El misterio
del bien y del mal.

Paulo VI

5: ORACIÓN UNIVERSAL

Oremos:

Para que en la pequeñez sepamos ver la grandeza del Señor.

Escúchanos Padre.

Para que recibamos a Cristo en nuestros corazones en esta
Navidad.

Escúchanos Señor.

Para que la luz de Cristo ilumine siempre nuestras vidas, y
seamos testigos vivos de su presencia entre nosotros.

Escúchanos Padre.

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