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Las verdaderas razones de la Iglesia para oponerse a que homosexuales adopten niños

 

La Iglesia, fiel a la tarea que le encomendó Cristo, de ser madre y maestra que acompañe y guíe el caminar del pueblo de Dios, ha expresado su oposición a la ley que permite que parejas 'casadas' de homosexuales adopten niños. A raíz de esto, diversos medios han difundido opiniones y críticas de quienes no tienen empacho en tergiversar las declaraciones de miembros de la Iglesia, citarlas fuera de contexto o incluso mentir descaradamente con el objeto de desprestigiarla. Por todo ello Desde la Fe dedica este espacio para responder a lo que se ha dicho y dar a conocer las razones de la Iglesia para oponerse a la mencionada ley.

1. Se ha manejado mucho en diversos medios que 'la moral no puede pretender que la ley refleje su moral'

No hay por qué contraponer ley y moral. La ley asegura el cumplimiento de principios morales que rigen la conducta y convivencia de todo ser humano. La propia ley reconoce la existencia de la moral, por poner un ejemplo, considera delito que se cometan 'faltas a la moral en la vía pública'. Muchas leyes del código civil son principios de origen religioso; desconocerlas por esta sola razón sería absurdo; ¿a dónde iríamos a parar si no se considerara delito el hurto o el asesinato debido a que 'no robarás' y 'no matarás' forman parte de los Diez Mandamientos de judíos y cristianos? 

Por otra parte cabe recordar que los cristianos (entre católicos y miembros de otras denominaciones cristianas) constituyen más del 95% de la población mexicana, por lo que no se pueden descalificar así los principios y la moral de tan significativa mayoría.

2. Legisladores han pedido que la Iglesia no opine en este asunto porque no le compete.

Todo asunto que afecta al ser humano compete a la Iglesia. 

3. Se dijo que 'la Iglesia tiene tirria a los homosexuales y promueve la homofobia'.

Es falso. El 'Catecismo de la Iglesia Católica', pide que los homosexuales sean "acogidos con respeto, comprensión y delicadeza, y evitar todo signo de discriminación injusta" (CIC 2358). No es la homosexualidad en sí sino las relaciones sexuales homosexuales lo que condena la Iglesia por considerarlas "actos intrínsecamente desordenados, contrarios a la ley natural, que cierran el acto sexual al don de la vida y no proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual (CIC 2358). La Iglesia invita a los homosexuales, como a toda persona soltera, a vivir la castidad" (CIC 2359). La Iglesia no promueve la homofobia. Es la pretensión de los homosexuales de adoptar niños la que ha provocado el rechazo de la gente.

4. Un articulista escribió que 'debido a los casos de pederastia entre algunos sacerdotes católicos, la Iglesia no tiene autoridad moral para oponerse a esta ley'.

Precisamente porque la Iglesia ha tenido esa penosa experiencia (que ha reconocido, por la que ha pedido perdón y tomado medidas para corregirla y evitarla), es por lo que tiene autoridad para alertar del peligro que corren los niños a cargo de homosexuales, ya que aunque no todos los homosexuales son pederastas, todos los pederastas que abusan de niños o niñas de su mismo género, son homosexuales o bisexuales. 

5. Un periodista dijo que la Iglesia asegura que 'los homosexuales no irán al cielo', y que 'los curas tienen la colosal arrogancia de decir que hablan en nombre de Dios'. 

La Iglesia nunca ha dicho semejante cosa. Corresponde sólo a Dios determinar quién irá o no al cielo. Se citó fuera de contexto un pasaje de una carta de San Pablo que dice: "ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros ni los borrachos heredarán el Reino de Dios." (1Cor 6, 9-10). San Pablo no habla del cielo sino del Reino de Dios, que comienza ya en este mundo. No es arrogancia decir que se habla en nombre de Dios al citar la Biblia, que es Palabra de Dios. 

6. Se ha afirmado que rechazar la homosexualidad es un prejuicio de la Iglesia que pretende imponer su moral a toda la sociedad.

Sin mencionar a Dios o a la Iglesia se puede ver que este asunto ya fue resuelto por la Naturaleza: Los genitales femenino y masculino están diseñados para que las relaciones sexuales plenas y fecundas sean solamente entre hombre y mujer.

7. Se ha afirmado que da lo mismo ser homosexual o heterosexual, que se trata de una cuestión de gustos, una alternativa sin mayor trascendencia, tan natural una como la otra.

Cabe responder crudamente: Que el hombre tenga que ser penetrado por donde defeca o la mujer tenga que recurrir a artefactos para suplir el miembro masculino no puede ser considerado natural. Y desde luego no es una alternativa sin trascendencia: la unión entre un hombre y una mujer está abierta a la vida y asegura la continuación de la especie. La unión homosexual es estéril y si fuera la única, pronto conduciría a la extinción de la humanidad.

8. Un locutor afirmó que es prejuicio de la Iglesia considerar que los homosexuales no pueden ser buenos padres.

Ser un buen padre no consiste solamente en dar casa, vestido y sustento al niño, sino en asegurar su sano desarrollo físico, mental y moral. Por bien intencionados que fueran unos 'papás' homosexuales, su solo estilo de vida afectará de muchas maneras al niño. Si dice: 'de grande quiero ser como mi papá', ¿a qué se referirá?, ¿a usar falda, maquillarse, invitar a otros hombres a dormir con él? Por otra parte no se puede dejar de mencionar la grave posibilidad de que una pareja de homosexuales desee adoptar niños con el perverso propósito de usarlos para pornografía infantil, abuso sexual, prostitución, etc. 

9. Un legislador dijo que la Iglesia pretende ponerse por encima de la ley porque ha dicho que antes que las leyes de los hombres obedece la ley de Dios.

Citó fuera de contexto unas palabras del Cardenal Norberto Rivera. Él aludía a una escena de Hechos de los Apóstoles, en la que San Pedro y San Juan comparecieron ante autoridades que les prohibieron predicar en el nombre de Jesús, a lo que Pedro replicó que antes que cumplir los mandatos de los hombres, obedecerían a Dios. El Cardenal lo mencionó para responder a quienes pretenden que la Iglesia ya no predique los valores evangélicos y acepte calladamente cuanta ley aprueben los legisladores. Quiso expresar que antes que obedecer el mandato del mundo que busca silenciarla, la Iglesia obedece el mandato de hablar de parte de Dios.

10. Legisladores aseguran que esta ley defiende los derechos humanos de los homosexuales.

¿Y qué hay de los derechos de los niños? Cuando se trata de defender derechos hay que defender los de quienes son más vulnerables. Según la Convención de los Derechos del Niño de la ONU, todo niño tiene derecho 'a su dignidad, honra y reputación' (10); a 'ser protegido de toda forma de abuso...incluyendo explotación sexual' (12); 'ser protegido contra el desempeño de cuanto sea nocivo para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social' (21) 'ser protegido contra toda clase de tratos degradantes' (23). Y no hay que olvidar un principio fundamental: no se entrega un niño en adopción porque quienes lo adoptan aleguen tener 'derecho' o quieran llenar un vacío existencial, sino porque dicha adopción será de gran beneficio para el niño. En ese sentido no puede ser benéfico para un niño desarrollarse en un ambiente homosexual. Lo prueban numerosos testimonios de quienes han pasado por la traumática experiencia de ser criados por homosexuales. Ejemplo de ello es Dawn Stefanowicz, en cuya página web (www.dawnstefanowicz.com) se enlistan más de veinticinco efectos que, como numerosos expertos han comprobado, sufre un niño en estas situaciones, entre los que se cuentan: Sentimiento de ser diferente, de no pertenecer. Buscar aceptación y relacionarse sólo con niños problema. Soledad; deseos de huir, evadirse. Habituarse a mentir para ocultar su realidad. Vergüenza por su situación familiar. Inseguridad. Dolor por ser ridiculizado y discriminado. Tristeza y depresión. Atracción por el mismo sexo. Baja auto-estima. Buscar llamar la atención en forma negativa. Rebeldía, delincuencia juvenil. Desórdenes alimentarios. Adicción a alcohol, drogas, sexo, etc. Ideas suicidas. Obsesiones sexuales con sus papás o parejas de éstos. Celos desmedidos con sus papás o parejas. Presión para aceptar las cambiantes parejas de los papás. Presenciar y o ser víctima de conductas sexuales inapropiadas. Dificultad para establecer relaciones de confianza. Confusión con relación al género. Falta de identidad sexual. Hermetismo. Dificultad para comunicarse. Temor de revelar situación personal, lo que vive, lo que presencia. Necesidad de terapia.

12. Un periodista dijo que desde el 92 la OMS no considera enfermedad la homosexualidad.

Ha habido fuertes presiones de grupos homosexuales que no sólo han influido en la OMS sino han venido realizando campaña en cine, televisión y medios impresos, etc. para que en la última década la gente que en conciencia solía considerar la homosexualidad como una desviación ahora la vea con naturalidad e incluso haya llegado al extremo de considerar que lo 'políticamente correcto' es defenderla.

14. Se ha dicho que hay 'estudios' que demuestran que los hijos de homosexuales se desarrollan normalmente. 

Es falso. En los contados países en los que se han aprobado este tipo de leyes, los bebés adoptados por homosexuales no han llegado todavía a la adolescencia. Y desde luego tampoco hay estudios sobre cómo afectará esta ley a niños mexicanos, pero cabe suponer que los afectará gravemente pues crecerán en un ambiente mucho más conservador que el europeo, y en el que ser criados por homosexuales los hará objeto de burlas y discriminación. 

15. El conductor de un noticiero dijo que tenía amigos homosexuales y afirmó que con los ojos cerrados les confiaría a sus hijos. 

Dijo bien. Habría que tener los ojos cerrados para confiar una criatura inocente y vulnerable a una pareja de homosexuales y no ver cómo será afectada.