Al atardecer, antes de que nos invada la oscuridad de la noche, en nuestras ciudades resplandece el alumbrado público que les brinda una especial belleza. ¿Qué sería si fallara ese inestimable servicio? De hecho, cuando ha ocurrido, las consecuencias son catastróficas.
Cuando anochece en la sociedad civil -y se trata de una catástrofe mayor aún-, se hacen necesarias luces claras que marquen el camino, hay que encender focos. Son hombres y mujeres que nos muestren el sentido de la vida. Esto es lo que hace, y admirablemente por cierto, Benedicto XVI y a todos nos toca seguir su ejemplo.
Desde Nazaret, en Palestina, donde María -la Madre del Señor- escuchó el anunció del arcángel Gabriel, y donde Jesús vivió la mayor parte de su vida, Benedicto XVI redescubrió ante el mundo el papel insustituible de la familia en la sociedad -compromiso estable de un solo hombre y una sola mujer, bendecido por los hijos- y el deber de reconocer y respetar la dignidad y la misión de la mujer. En presencia de más de 40 mil fieles y unido a todos los bautizados -somos más de dos mil millones-, el Papa celebró la misa de conclusión del Año de la Familia convocado por la Iglesia católica en Tierra Santa.
En la homilía del acto más multitudinario de su visita a Tierra Santa, el Papa sintetizó en esta exclamación su mensaje a favor de la familia: “¡Cuánta necesidad tienen los hombres y mujeres de nuestro tiempo de volver a apropiarse de esta verdad fundamental, que constituye la base de la sociedad y qué importante es el testimonio de parejas casadas para la formación de conciencias maduras y la construcción de la civilización del amor!”. La familia creará así “un ambiente en el que los niños aprendan a amar y querer a los demás, a ser honestos y respetuosos con todos, a practicar las virtudes de la misericordia y del perdón”. ¿Cierto o no?
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El Estado, aclaró Benedicto XVI, tiene el deber “de apoyar a las familias en su misión educadora, de proteger la institución de la familia y sus derechos inherentes, y de asegurar que todas puedan vivir y florecer en condiciones de dignidad”.
Este mensaje implica otra consecuencia: “Nazaret nos recuerda el deber de reconocer y respetar la dignidad y misión concedidas por Dios a las mujeres, como también sus carismas y talentos particulares”.
“Ya sea como madres de familia, en cuanto presencia vital en las fuerzas laborales y en las instituciones de la sociedad, ya sea en la particular vocación a seguir al Señor mediante los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia, las mujeres tienen un papel indispensable en la creación de esa 'ecología humana' de la que nuestro mundo y también esta tierra tienen una necesidad urgente”.
"¡Que cada uno rechace el poder destructivo del odio y del prejuicio, que matan al alma humana antes que al cuerpo!", nos pide Benedicto XVI.
Al final de la misa, el Papa bendijo las primeras piedras del Parque memorial Juan Pablo II, de la Universidad Papa Benedicto XVI y del Centro Internacional de la Familia.
Nazaret es la ciudad árabe más grande del Estado de Israel y la capital administrativa de Galilea, con unos 70 mil habitantes, de los cuales el 17% son cristianos.
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Con motivo de la peregrinación de Benedicto XVI a Tierra Santa se han publicado las estadísticas de la Iglesia católica en Jordania, en Israel y los Territorios Palestinos, con datos de 2007.
Jordania tiene una población de 5.720.000 habitantes, de los que 109.000 son católicos, es decir, el 1,91% de la población. Actualmente hay 4 obispos, 103 sacerdotes y 258 religiosos. Los seminaristas mayores son 7. Un total de 30.595 alumnos asisten a las 123 escuelas que pertenecen a la Iglesia católica. Por lo que concierne a los centros caritativos y sociales de la Iglesia, en Jordania hay 2 hospitales, 1 ambulatorio, 1 consultorio familiar y 3 centros especiales de educación o reeducación social.
En Israel y los Territorios Palestinos viven 7.180.000 personas, de las cuales 130.000 son católicas, es decir, el 1,81% de la población. Actualmente hay 11 obispos, 406 sacerdotes, 1.171 religiosos y un misionero laico. Existen 14 seminaristas menores y 110 seminaristas mayores.
En los 192 centros de educación católicos, desde las escuelas maternas hasta las universidades estudian 43.876 alumnos. Por lo que respecta a los centros caritativos y sociales de la Iglesia, en Israel y los Territorios Palestinos hay 11 hospitales, 10 ambulatorios, 9 hogares para ancianos e inválidos, 11 orfanatos y guarderías, 4 centros especiales de educación o reeducación social y 2 instituciones de otro tipo.