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Hay desempleo: ¿sí o no?

Casi cada mes, cuando las autoridades publican las cifras de desempleo, tenemos un aluvión de comentarios de lo más diverso. Que si el desempleo es mucho. Que si es poco, y nos citan las comparaciones con la Unión Europea y con los EE.UU., sin recordar, claro, que en esos países con seguro de desempleo, el ser desempleado es menos grave que en el nuestro. Que si no es ninguna vergüenza. Que si pasa en las mejores familias. Que lo que hay que hacer es poner un changarro.

Por otro lado, en casi todas las ciudades que visito, en los parques industriales, en centros comerciales, en restaurantes, vemos letreros casi permanentemente: “Solicitamos personal” “Se solicitan ayudantes generales” “Se están contratando meseros y garroteros”.

Por fin ¿Hay desempleo o no lo hay? La respuesta correcta es: ambas. Hay multitud de personas que no encuentran un empleo al nivel de su capacitación, particularmente los recién egresados de carreras universitarias.. De ahí el chiste cruel que dice que en México  tenemos los taxistas mejor educados del mundo: Abogados, contadores, ingenieros… Pero, por otro lado, a muchas empresas les cuesta trabajo encontrar personal que acepte los salarios que pagan. Además, también es cierto que lo que no se encuentra es un empleo remunerador: Una persona que lava coches puede fácilmente hacer al día cuatro o cinco salarios mínimos, que muy difícilmente ganaría en un empleo formal, con el nivel de capacitación que tiene. Y, para complicar las cosas, hay un grave déficit de técnicos medios… y también de empresas decididas a pagarles lo que vale su trabajo.

Algo está fundamentalmente mal en un sistema económico que no puede dar mínimos de empleo y remuneración a la población. Esto, por supuesto, es preocupante, pero más preocupantes son la pobreza y superficialidad de las soluciones propuestas. ¡Que el Gobierno gaste menos! Dicen algunos, sin decirnos que ese gasto corriente que piden que se reduzca son, precisamente, empleos. ¡Que se cierren las fronteras! Dice cierta izquierda, sin decirnos que, por supuesto, en un mercado cerrado los precios subirían y, por lo tanto, la remuneración alcanzaría para menos y, al haber menor consumo, se caería el empleo.

¿Qué hacer? Evidentemente no hay una solución fácil y, si la supiera, probablemente me estaría haciendo rico vendiendo la solución en muchos países. Pero es claro que no hay soluciones indoloras. En mi opinión, toda solución pasa por mejorar las percepciones de la población de más bajos ingresos, lo cual significaría un sacrificio temporal para la gente de altos ingresos que tendrían que pagar algo más por los bienes y servicios que consumen y reducir las utilidades de las empresas. A cambio de esto, la población de bajos ingresos consumiría más, ampliando los mercados y generando ¿qué cree? Empleo.