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Enseñar con la vida ¿Sabemos escuchar a Jesús?

Enseñar con la vida

¿Sabemos escuchar a Jesús?

1) Para saber

Hace pocos días, el Papa Benedicto XIV recordó la figura de un gran obispo del siglo IV que fue obispo de Milán, San Ambrosio. Resaltó que además de ser un gran orador, lo principal en su vida fue el gran ejemplo que daba, pues enseñaba viviendo lo que predicaba: "La catequesis es, inseparable del testimonio de vida".

Ese ejemplo lo vivía gracias a su oración, pues solo del trato con nuestro Señor podía ayudar a los demás.

Es por ello el consejo que le dio a una mujer cuando fue a contarle sus preocupaciones porque su hijo no daba indicios de acercarse a la verdadera fe. Esta mujer era Santa Mónica y estaba muy preocupada porque su hijo se había separado de la fe. Ella no dejaba de decirle insistentemente a su hijo que regresara a la fe, pero su hijo no le hacía mucho caso, lo que le hacía sufrir y llorar mucho. Entonces el obispo de Milán le dio un consejo que iba a tener muy buen resultado: “Más que hablarle mucho a tu hijo de Dios, mejor háblale mucho a Dios de tu hijo”. Es decir, era mejor rezar mucho por la conversión de su hijo. Y así fue. Las oraciones de su madre, así como el testimonio personal de San Ambrosio y el nivel de ejemplaridad de la comunidad cristiana ayudaron a la conversión del joven Agustín.

Agustín, además de convertirse, decidió seguir el sacerdocio y después fue elegido obispo. La Iglesia, después de canonizar a San Agustín, lo nombró, junto a san Ambrosio, como “Padre de la Iglesia”.

2) Para pensar

Comentó el Papa Benedicto XVI que "quien educa a la fe no puede correr el riesgo de ser una especie de 'clown' que recita por profesión, sino que tiene que ser como Juan, el discípulo amado, que apoyó su cabeza en el corazón del Maestro".

El Papa nos invita a tener esa cercanía con Jesús a fin de saberlo escuchar y, sobre todo, saberlo amar. Pues así, sabremos aceptarlo mejor y seguir sus palabras.

También comentó que San Ambrosio supo descubrir un tesoro en las Sagradas Escrituras e introdujo la costumbre de su meditación en la práctica de la llamada “Lectio Divina”.

El Papa concluyó con las palabras de San Ambrosio “¡Cristo es todo para nosotros!”. Pensemos si sabemos escuchar, como San Juan, el corazón amoroso de Cristo.

3) Para vivir

Es una piadosa práctica dar buenos consejos a los demás. Un padre aconseja a su hijo, un maestro a su alumno, o un amigo a otro. Sin embargo, siendo meritoria esta obra, resultará más eficaz cuando va acompañada del ejemplo.

Un papá puede aconsejar a su hijo que vaya a la Santa Misa el domingo o que se confiese, pero si él mismo no lo practica, sus palabras pueden caer en el vacío. Por ello la “predica” debe ir acompañada de ejemplo.

Ciertamente todos tenemos fallas, pero será con el ejemplo del esfuerzo y la lucha por ser mejores como mejor podamos edificar a los demás. Los santos no han sido personas que nunca fallaron, sino que fueron personas que no dejaron de luchar. Por ello, no nos debe desanimar experimentar nuestros errores, sino debemos de aprovecharlas para crecer en humildad al reconocernos cómo somos, y en optimismo, pues ahora vemos más claro en qué debemos de seguir luchando.