En este México, donde todos tratan de salir adelante, pero de modo individual, es decir, viendo solo por ellos mismos, con una actitud egoísta, viendo cada uno sus problemas y placeres, pero sin preocuparse los unos por los otros y por lo tanto sin ayuda entre sí. Un día una familia tuvo un incendio donde perdieron su casa y sus pertenencia. Se sintieron solos y sin nada.
Pero al pasar las horas, se dieron cuenta de que no estaban solos, que había mucha gente a su alrededor, que les estaban ayudando, ofreciéndoles de comer, qué vestir y dónde quedarse mientras resolvían su situación.
Esta experiencia los hizo darse cuenta de que el carisma superior es la caridad para con los demás y así dar un buen testimonio de solidaridad, con los que nos rodean.
Dios nos dice: "Aspirad a los carismas superiores" y aún os voy a mostrar un camino más excelente. Pero el mayor carisma es la caridad.
Si nosotros somos caritativos con los demás, ellos lo serán con nosotros y viviremos en un ambiente de amor y caridad, dando ejemplo de la voluntad y amor de Dios a nuestros hijos.
Porque luego queremos que nuestros hijos sean caritativos, cuando nosotros no lo somos con los demás y por lo tanto, es algo muy difícil de lograr, si no damos nosotros un buen testimonio de lo que decimos. Lo tenemos que practicar.
Tenemos que entender que no hace falta un incendio, temblor o huracán para practicar dicho carisma, lo podemos practicar todos los días, con nuestros padre, hijos, vecino y gente que nos rodea; así es como realmente vamos a predicar con el ejemplo.