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 Esposible explicar lo que es el sexo de muchas maneras. Una, por
 desgracia, aparece cuando menos lo esperamos en un programa de
 televisión. Otra puede ser ofrecida en una escuela, bajo las
 indicaciones de la Secretaría de Educación. Otra, puede darse en casa,
 por los papás o los hermanos mayores. Otra, se puede recibir en la
 calle, entre los amigos, en una taquería...
 Desde luego, hablar de "educación sexual" implica algo más queexplicar lo que es el sexo. Con un poco de sentido común podemos
 comprender cómo el misterio de la vida, en muchas especies animales y
 también en muchas plantas, se transmite gracias al intercambio de
 cromosomas que vienen de la padre y del madre. Pero el hombre es capaz
 de descubrir otra dimensión de la sexualidad: la de una plenitud, la de
 un gozo intenso, la de una continuación del amor. Esta segunda
 dimensión, por desgracia, puede degenerar en búsqueda egoísta de
 placer, y entonces el sexo se convierte en algo parecido a la droga o
 al alcohol.
 Para algunos parece que "educación sexual" significa precisamenteeso: "disfruta, pero ten cuidado, no sea que tu compañera quede
 embarazada". "Disfruta, pero mira que, por ser mujer, puedes verte, por
 sorpresa, esperando un niño". El así llamado "sexo seguro" pretende ser
 un método para que no se inicie una nueva vida y para que tampoco ni el
 chico ni la chica (ni el señor ni la señora) puedan contraer alguna
 enfermedad de origen sexual, como el aids.
 De este modo, consideramos que nuestros jóvenes (o que algunosadultos) no son capaces de controlarse, de disfrutar a pesar de los
 muchos riesgos que esto implica, de lanzarse a la aventura del "don
 Juan" sin pensar en lo que luego pueda ocurrir. La difusión del
 preservativo, o los programas de ventas de píldoras anticonceptivas o
 abortivas, demuestran para algunos los demás son incapaces de vivir su
 sexualidad de otra manera. Que el sexo, como todo lo humano, puede
 vivirse "con altura", desde un compromiso serio y sincero como puede
 serlo el matrimonio entre el hombre y la mujer que se aman de veras,
 sin egoísmos ni trampas engañosas.
 Por lo mismo, se hace urgente iniciar un nuevo tipo de educaciónsexual. El presupuesto de partida no puede ser otro que este: cada
 hombre y cada mujer puede ordenar y controlar sus propios actos por
 fines y amores más elevados que los simples instintos del placer y del
 miedo. Cada hombre y cada mujer están llamados a vivir el amor con
 responsabilidad, y esta responsabilidad también debe darse cuando se
 unen sexualmente dentro del matrimonio, en el marco del mutuo respeto y
 del amor generoso. Cualquier otro tipo de relación sexual lleva a dos
 callejones que no son dignos del hombre: o se inventan trucos para
 evitar un hijo no esperado ni deseado (incluso con su asesinato por
 medio del aborto), o se trae a este mundo a un nuevo ser humano en
 condiciones injustas y peligrosas, como son la falta de unos padres que
 vivan unidos con un amor verdadero y comprometido.
 Un programa de educación sexual que no crea que los jóvenes soncapaces de vivir sin relaciones sexuales antes del matrimonio es un
 programa que desprecia a nuestros hijos, y que también dice mucho de
 nosotros mismos, de nuestros miedos y egoísmos. Si realmente hay quien
 cree que un joven es incapaz de la castidad, también, en el fondo, lo
 considerará incapaz de vivir a fondo un compromiso serio y sincero ante
 la otra o el otro, ante la sociedad entera... O, de otra forma, si
 quienes promueven el preservativo creen (y estamos seguro que lo creen)
 que un chico o una chica son capaces de ser "prudentes" a la hora de
 tener una relación sexual, ¿por qué no se lanzan a proponerles metas
 más elevadas y más hermosas, como son el poder llegar al matrimonio
 habiendo logrado el mayor respeto recíproco, sin cometer actos sexuales
 prematuros e incoherentes con un amor pleno y plenificante?
 Vivimos en un mundo en el que los ideales de otras generaciones nosparecen inalcanzables. No nos damos cuenta de que, de este modo, quizá
 un día las próximas generaciones se rían de nosotros porque defendimos
 valores como la tolerancia, el respeto, la justicia, "ideales
 inalcanzables" según ellos... El hombre puede lograr mucho más de lo
 que puede imaginarse él y de lo que puedan decir los demás. Tal vez nos
 hemos acostumbrado a ver lo contrario: el descenso de quien se deja
 llevar por su cuerpo y va de flor en flor en busca de nuevas
 experiencias y aventuras placenteras. Pero eso no puede dar como
 resultado un buen ciudadano, ni un futuro esposo o esposa fiel, ni un
 padre o una madre de familia capaz de dar algo que valga la pena a sus
 hijos.
 Es urgente promover una educación sexual que enseñe el respeto, elautocontrol, el aprecio por los demás, y la capacidad de darse "hasta
 la muerte" que deseamos a todos los que se acercan al matrimonio. Quizá
 habrá que empezar, por lo tanto, una auténtica y genuina formación
 sexual en familia, pues es allí donde los hijos puede descubrir un
 modelo de amor generoso y fiel. Siempre es tiempo para dar ese ejemplo.
 Y nunca nos arrepentiremos de haberlo dado.
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