Soy un anciano de 55 años con ideas anticuadas y una vida muy sedentaria. La mayor parte de las horas de mi trabajo las paso sentado “conversando” con gente. En esas “charlas” salen temas muy variados: cosas buenas y malas; problemas y oportunidades; éxitos y fracasos; ilusiones y decepciones...; en fin, de todo un poco.
Como ustedes bien saben, a los viejos nos da por sermonear. Tal parece que con sólo ver a un joven se nos despierta el hambre de dar consejos y siempre decimos las mismas frases: “Mira, si te digo esto es porque te quiero ayudar...”. “Cuando yo tenía tu edad pensaba como tú...”. “No quiero que cometas los mismos errores que yo cometí...”. “El mundo de hoy está muy mal...”. “En mi época, ¡qué esperanzas que desobedeciéramos a nuestros padres...!”.
Por eso hoy he querido darles otro tipo de consejos; quisiera enseñarles cómo pueden cambiar su vida en poco tiempo; a veces bastarán dos o tres horas o, incluso, unos minutos.
1- Jueguen carreras en sus carros con sus amigos al salir de las fiestas. Es mejor hacerlo después de haber tomado varias cervezas y en una avenida con muchos semáforos, pues esto aumenta las emociones.
2- Procuren divertirse mucho con gente desconocida, pues así se aprende más, sobre todo tomando mucho alcohol y si hay otras cosas…, pues también.
3- Para que los efectos del alcohol sean mayores conviene mezclar distintos tipos de licores y si consumen azúcar en chocolates o en bebidas dulzonas, mejor, pues ésta se metaboliza potenciando la embriaguez.
4- Recuerden que el ambiente se pone mejor a partir de las 3 de la madrugada cuando ya todos están bien “happys”, y así uno es capaz de hacer lo que no haría estando sobrio.
5- Presumir la figura escogiendo bien la ropa para llamar la atención da buenos resultados, así todos querrán estar contigo, sobre todo, si eres mujer.
6- Trata de bailar encima de las mesas; es la mejor manera de que todos te vean.
7- No olvides usar tarjetas de crédito para pagar, aprovechando las estupendas promociones de las instituciones de crédito, y nunca desconfíes de los meseros en lo que te cobren o en lo que te sirvan; acuérdate que los criterios de selección de personal en los antros son muy exigentes y que siempre se distinguen por su honradez y su moral.
8- Si alguna vez te metes en un problema, acude a quienes son expertos en resolverlos; aquellos que tienen gran experiencia en manejar esas situaciones. Nunca llames a tus padres, pues los pondrás nerviosos, de malas, y siempre terminarán sermoneándote y quizás hasta te castiguen sin salir durante un mes entero.
9- Procura que tus papás no conozcan a la gente con quienes sales, pues podrían contactar con sus familias y eso siempre complica las cosas. No olvides que si no saben dónde localizarte tendrás más autonomía de vuelo.
10- Fuera inhibiciones, deja en un cajón de tu cuarto tus principios morales y sal a divertirte como los demás ahora que tienes edad para ello. Recuerda que si no haces lo que ellos te dicen, y no sigues su ejemplo, podrías perder su amistad y los amigos valen oro... ellos nunca nos abandonan.
Bueno muchachos, hasta aquí por ahora. No olviden que esta vida es para gozarla, aunque si, por suerte, llegan a mi edad, corren el peligro de terminar pensando como los adultos y caer en el error de aconsejar a sus hijos -si llegan a tenerlos- que eviten todo lo que les he aconsejado.
Con un fuerte abrazo.
Padre Alejandro.
Ah. Se me olvidaba. Un último consejo, y éste sí es en serio: Procuren pensar aunque sólo sea dos minutos todos los días, en un espacio de silencio y tranquilidad, para ver hacia dónde conducen sus vidas.