Desde siempre el ser humano lleva grabados los genes de la rebeldía y desobediencia. El primer libro de la Biblia nos muestra el plante de Adán y Eva frente al Creador, con sus secuelas generacionales. Ha sido, pues, una constante histórica :”A mayor libertad, mayor rebeldía”.
Da la impresión que muchos han hecho suyo el lema anarquista:”Obedecer no es vivir”.Si a la crisis de obediencia se añade la de autoridad, el panorama actual en el mundo y en nuestra patria, llega a ser preocupante, se mire por donde se mire.
Actualmente, esto resalta mucho más, en todos los aspectos de la vida personal, familiar y social. Afecta a todos, casi sin excepción (niños, adolescentes, jóvenes, adultos de ambos sexos)... Hay profunda crisis de obediencia en los diversos estamentos de la sociedad: la familia, la escuela, la Iglesia, la universidad, la política, el Ejército...
Un botón de muestra de lo dicho:”Aumentan los delitos de desobediencia en el Ejército”El 2002 han pasado a 63 los procedimientos iniciados contra miembros de las Fuerzas Armadas por negarse a obedecer o no cumplir las órdenes legítimas de sus superiores (La Razón 17/9/03).
Si esto pasa en el Ejército, díganme en dónde se obedece más y mejor. Lo desconozco.