El 9 de enero del 2002 será el centenario del nacimiento del Beato Josemaría Escrivá, por ello, esta vez quiero copiar algunos textos de una entrevista concedida al diario italiano “Avvenire” por Mons. Javier Echevarría, obispo prelado del Opus Dei en la que habla de la naturaleza y las actividades de esta prelatura personal en todo el mundo.
¿Es cierto, como alguno afirma, que el Opus Dei, en países como Italia, da prioridad a los ambientes intelectuales y a las clases dirigentes? El beato Josemaría, a la vez que fomentaba de modo concretísimo la preocupación por los más necesitados, siempre recordó que la labor entre intelectuales es tarea evangelizadora completamente necesaria: los intelectuales configuran la sociedad y la cultura. Si no conocen a Cristo, si no se les anuncia, las consecuencias para la sociedad son evidentes. Ese apostolado estará siempre vigente en el Opus Dei, bien entendido que las dos prioridades son complementarias, porque a la indigencia material se suma hoy en día una tremenda indigencia intelectual y cultural religiosa.
La Obra tiene fama de ser una institución conservadora. ¿Por qué? El Opus Dei no tiene dogmas propios ni moral particular, ni hace “escuela” de pensamiento. Se atiene en todo a la doctrina de la Iglesia. Si eso significa ser conservador, juzgue usted mismo y sus lectores. En el fondo, se trata de un error de bulto: el de aplicar a la Iglesia categorías políticas que son inadecuadas en el terreno de la fe. Todo cristiano —si es consecuente— lleva en su corazón un amor grande a su historia; y a la vez, cultiva el deseo de influir positivamente en el mundo, de hacerlo más justo, más humano, liberándolo sin miedo de todos esos lastres que las ideologías han acumulado con los siglos; por ejemplo, desde el racismo hasta la despreocupación “global” por las causas de la pobreza. El beato Josemaría solía decir: “si los cristianos nos tomáramos en serio nuestra fe, se produciría la revolución más importante de la historia”. Es una revolución pendiente, y no precisamente una revolución conservadora.
El Opus Dei, dijo Escrivá, “es una gran catequesis”: si esto es así, ¿por qué se dice a veces que se trata más bien de una élite espiritual y social y que cultiva la discreción? Invito a cualquier persona que se considere poco informada a preguntar, a llamar a un fiel o a un Centro de la Prelatura. Basta consultar la guía telefónica o el website de la Oficina de información del Opus Dei. El fundador del Opus Dei solía decir que para comunicar hacen falta “buenas explicaderas” y “buenas entendederas”. Los fieles de la Prelatura podemos mejorar siempre la capacidad de hablar con claridad. Por otra parte, para entender el Opus Dei basta comprender la naturalidad de la vida cristiana ordinaria y la libertad; porque no llevar distintivos, ni publicar declaraciones conjuntas, ni organizar reuniones masivas, no equivale a ser secretos.
Monseñor Echevarría, ¿qué significa para el Opus Dei recordar al beato Escrivá? Este centenario no supone una simple conmemoración, sino más bien una invitación a reflexionar sobre las enseñanzas del fundador del Opus Dei, y a descubrir modos nuevos de darles siempre más cuerpo en la existencia ordinaria. El beato Josemaría repetía con frecuencia: “es de Cristo de quien hemos de hablar y no de nosotros mismos”. El fundador del Opus Dei gastó todo su tiempo en anunciar a Jesucristo, recordando que se puede ser plenamente discípulo de Cristo en medio del mundo. El Centenario ha de ser un eco de esa verdad cristiana radical, que llena la vida de sentido y de alegría.
¿Cuál es el “estilo” del Opus Dei? El acento en la formación cristiana del individuo, no en la programación de actividades o en las estructuras. La fe implica un descubrimiento personal y una respuesta también personal a Dios que pregunta por nosotros. El Opus Dei crece siempre de uno en uno. Y el “cada uno”, en la medida en que se identifica con Cristo, ilumina con luz nueva a muchos otros.
¿Cuándo será la canonización de Escrivá? No lo sé. No tenemos prisa: llegará en el momento mejor, cuando Dios quiera.