Con la recuperación de su libertad de movimiento, el ingeniero Jorge Hank Rhon, volvió a la rutina, a la vida normal de los negocios y la administración de su abundante riqueza; a las excentricidades de las que ha hecho fama y al relato frecuente, a sus cercanos, de cómo la autoridad lo aprendió, lo culpó y luego le pidió perdón.
"Usted disculpe" le dirían y él, hijo del profesor Carlos Hank González, empezó a curarse las heridas y daños morales que le produjo su estancia en la cárcel.
Tras el episodio "hankiano" el país también volvió a su normalidad, con un tufillo a ridículo gubernamental y del casi siempre eficiente Ejército que, según la mayoría de las versiones y opiniones periodísticas, se cometió con el ingeniero Hank.
Sin embargo, también se comenta el otro lado de la moneda: el operativo del gobierno del presidente Calderón, resultó un éxito.
El PRI está paralizado, sus dirigentes y miembros destacados esperan que venga lo peor, mas actos judiciales que, más que buscar la justicia, persiguen la exhibición pública de los funcionarios de gobiernos priístas, en activo o en receso.
Ahí esta la muestra del líder, Humberto Moreira, tan echado para adelante al principio de su gestión, y quien hoy hace gala de una prudencia y cautela desconocidas y ajenas a él, y hasta pareciera con miedo a sacar la cabeza, a riesgo de que se la vuelen.
El país está atrapado en la coyuntura, en lo urgente, y olvida lo importante.
Hay quienes dicen que la guerra contra el crimen organizado y el narcotráfico obedece a esta conducta, a que respondió a lo urgente y dejó de lado lo importante.
El caso Hank, esta inmerso en lo urgente; tanto que, más allá de la discusión de si se trató de una pifia o un "michoacanazo", término que hoy se utiliza para las acciones fallidas de gobierno, la acción gubernamental logró distraernos de lo importante.
Pero las preguntas de qué es importante y qué urgente sacuden la conciencia.
Por supuesto que la búsqueda de la justicia es importante, pero la urgencia electoral tiene prioridad.
¿El caso Hank respondió a lo importante o, nada más, a lo urgente: revivir y actualizar lo peor del priísmo?
Porque en términos electorales y partidistas es urgente que el desprestigio priísta este vivo en el recuerdo, irrite a la ciudadanía que hace apenas diez años demostró a los gobiernos priístas que el poder es del pueblo.
Los intereses personales, partidistas o de gobierno determinan lo urgente.
Nadie negaría que salud, educación y progreso sean lo importante.
Y México esta urgido de recuperar la brújula que devuelva el Norte a las autoridades.