La amistad y el noviazgo son relaciones maravillosa si el objetivo es conocerse, y compartir momentos y aficiones, sin olvidar que lo más fácil es enamorarse; y lo más difícil, permanecer enamorados.
Una cosa es que tu cuerpo ya esté preparado para tener relaciones sexuales, y otra cosa es que tu mente lo esté. ¿Quieres mucho a tu novio (a)? Pídele que te respete porque tú no eres objeto de placer. Pídele que te cuide, y que se cuide él, porque las relaciones sexuales prematuras bajan la autoestima.
La sexualidad humana es un tesoro porque transmite el bien más grande: la vida humana. No tengamos miedo a decir que las relaciones sexuales entre adolescentes deben esperar para realizarse dentro del matrimonio, que es el ámbito adecuado para que nazca y se eduque un ser humano. Las relaciones íntimas serán buenas en la misma medida en que se «integren» en el matrimonio.
Los adolescentes sexualmente activos admiten que viven con culpas. Cuando deciden vivir castamente, se sienten como nuevos y crecen como personas; además, mejoran su potencial intelectual, artístico y social. Con el sexo no se juega. Cuando alguien te presione, piensa en lo que vas a responder: “Sólo te lo pido una vez, y no insistiré más” / “Eso es justo lo que me preocupa. Prefiero conservarme para alguien que me va a querer toda la vida”.
El novio que ama a su novia, sabe esperar, y no pide una prueba de amor, cuando él no puede ofrecerle un matrimonio con la misma prisa con la que él pide la prueba de amor.
Algunas mujeres ceden y dan la prueba de amor para complacer al amigo. Esas mujeres demuestran una gran inseguridad personal y creen que si no acceden, van a perder al novio, cuando en realidad pasa lo contrario: Cuando se acaba el misterio, viene el tedio, el aburrimiento. Otras personas tienen relaciones sexuales por debilidad, porque no tienen fuerza de voluntad para decir “¡no!”. Una vez que empiezan con besos y caricias, con frecuencia no pueden frenarse. El sexo no es pecado, es un don valioso que se debe cuidar para darlo a la persona elegida, en el momento adecuado.
Si la gente joven tiene relaciones prematrimoniales se predisponen a sufrir más cuando viene la separación, porque las relaciones sexuales son vinculantes: unen física y espiritualmente, y no se olvidan. Además, existe una estrecha relación entre la vida casta y la honestidad.
Si los muchachos empiezan a probar caricias y besos es difícil que se conozcan, pues se engolosinan, y aquello ya no es una relación libre, sino viciada, porque las caricias íntimas te atrapan. Ya eres cómplice. Algunos creen que tienen mucho en común, cuando quizás apenas tienen nada. Otros se dejan llevar por las pasiones y, cuando se conocen en profundidad, se desencantan. Y no se conocieron porque no llegaron a ser amigos, sino novios con derechos.
El ser humano no puede vivir sin amor. Su vida no tiene sentido si no se encuentra con el amor, pero con el amor verdadero, capaz de sacrificios. El sexo es como el fuego: consume todo lo que hayas edificado hasta ese momento. “¿No vales tú la pena para que esperen por ti?”. No abarates tu cuerpo. ¡Tú, vales mucho! ¡Valórate!